Tiene 2 enormes colmillos y supera los 10 centímetros de longitud.
En las colinas de la península de Baja California, México, hay una criatura con la que nadie querría encontrarse en un espacio cerrado. Se trata de un pariente próximo a las tarántulas brasileñas más venenosas, la Phoneutria fera. Al igual que ellas, tiene un cuerpo peludo y aplanado, dos enormes colmillos y ocho largas patas que la hacen superar una longitud de diez centímetros.
Según la web del diario español ABC, desde que este mes se publicara un artículo en la revista Zootaxa sobre esta araña, los investigadores la han bautizado como una nueva especie: Califorctenus cacachilensis.
“Es el tipo de araña que haría que mucha gente gritara y saliera corriendo”, explicó en “The San Diego Union Tribune” Michael Wall, uno de los coautores del estudio. Sin embargo, para Jim Berrian, otro de los coautores, “es una araña realmente bonita”.
Esta peluda criatura había pasado desapercibida hasta que, en 2013, un grupo de investigadores detectó el exoesqueleto (la coraza externa) de uno de estos animales en las montañas cercanas a La Paz, en la península de Baja California.
Después de esto, hicieron falta meses y meses de trabajo concienzudo y de revisión científica para poder demostrar que se trata de una nueva especie y que además pertenece a un nuevo género (la categoría que agrupa a especies próximas).
«La primera vez que la vi, quedé muy impresionada por su tamaño», explicó en un comunicado del Museo de Historia Natural de San Diego, María Luisa Jiménez, otra de las coatuoras del estudio. “En todos mis años de experiencia nunca encontré una araña tan grande”.
Los investigadores detectaron 12 de estas arañas y capturaron un total de ocho. Después de estudiarlas, creen que esta especie es endémica, única, en ciertas zonas de la Península Baja. Por eso consideran que es especialmente importante investigarla y protegerla.
¿Es venenosa?
La Califorctenus cacachilensis está emparentada con una familia de animales entre las que está el grupo de las arañas errantes brasileñas, temidas tanto por su gran tamaño como por sus colmillos venenosos. Pero, según Berrian, la nueva especie no es demasiado peligrosa. “Una me mordió cuando la estaba manipulando y aún estoy vivo”, comentó. ¿Cómo fue la picadura? “Es parecido a pincharse con un cactus. Sientes un dolor moderado, pero se va en cuestión de horas”.
Y recordó: “Casi todas las arañas son venenosas, pero muy pocas son peligrosas para los humanos”.
Actualmente, se considera que la mayoría de los insectos y las arañas del planeta aún no han sido descubiertos. Se ha calculado que hay alrededor de 1,1 millones de insectos y arañas conocidos, pero que quedan entre dos y cinco millones por descubrir y nombrar. ¿Qué sorpresas se guarda aún la naturaleza?
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