01 jul 2024 , 06:57

Cómo la extinción de los dinosaurios allanó el camino para la propagación de las uvas

La desaparición de los dinosaurios alteró los bosques y brindó una oportunidad a muchas plantas. I

   

La extinción de los dinosaurios a causa del impacto de un gigantesco asteroide desencadenó una extinción masiva que alteró el curso de la vida en la Tierra y provocó un "reseteo" del bosque que propició la propagación de las uvas.

Investigadores de varios museos y universidades americanas han descubierto nuevas especies de uvas fósiles, de entre 60 y 19 millones de años, y entre ellas las más antiguas que se han encontrado en el hemisferio occidental. Hoy publican las conclusiones de su trabajo en la revista Nature Plants.

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Las semillas se encontraron en Colombia, Panamá y Perú y el estudio de estos fósiles ha permitido a los investigadores profundizar en el conocimiento de cómo se extendió por todo el mundo la familia de este popular fruto tras la muerte de los dinosaurios.

Investigadores de varios museos y universidades americanas han descubierto nuevas especies de uvas fósiles, de entre 60 y 19 millones de años.
Investigadores de varios museos y universidades americanas han descubierto nuevas especies de uvas fósiles, de entre 60 y 19 millones de años. ( )

Es raro que los tejidos blandos como las frutas se conserven como fósiles, por lo que los científicos suelen realizar sus estudios a partir de sus semillas, que tienen más probabilidades de fosilizarse, han subrayado los investigadores, que han recordado que los primeros restos de semillas se encontraron en la India y tienen unos 66 millones de años, más o menos cuando un enorme asteroide impactó contra la Tierra y desencadenó una extinción masiva que alteró el curso de la vida.

Los investigadores han planteado la hipótesis de que la desaparición de los dinosaurios pudo haber contribuido a alterar los bosques, ya que los grandes animales suelen modificar los ecosistemas que los rodean, y en aquella época es probable que derribaran árboles y que mantuvieran los bosques más abiertos y despejados que en la actualidad.

Los nuevos bosques que surgieron tras aquella extinción brindaron una oportunidad a algunas plantas y la diversificación de mamíferos y aves en los años posteriores a aquella extinción masiva contribuyó a la dispersión de las uvas al esparcir sus semillas.

Hasta ahora nunca se habían encontrado restos fósiles de uvas en Sudamérica, y los primeros que han encontrado los investigadores se localizaron en los Andes colombianos y tras los trabajos de campo que realizaron en América Central y del Sur encontraron más restos de uvas en Colombia, Panamá y Perú, con una antigüedad de entre 60 y 19 millones de años.

El registro fósil "nos dice que las uvas son un orden muy resistente. Es un grupo que ha sufrido muchas extinciones en la región de América Central y del Sur, pero también ha conseguido adaptarse y sobrevivir en otras partes del mundo", ha señalado Fabiany Herrera, conservador de paleobotánica del Museo Field de Chicago y autor principal del estudio.

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"Siempre pensamos en los animales, en los dinosaurios, porque fueron los más afectados, pero la extinción también afectó mucho a las plantas", ha explicado Herrera, y ha observado que "el bosque se reseteó a sí mismo, de una forma que cambió la composición de las plantas".

Los investigadores han subrayado que dada la extinción masiva a la que se enfrenta en la actualidad la Tierra, este tipo de estudios resultan muy valiosos porque revelan patrones sobre cómo se desarrollan las crisis de biodiversidad y cómo evolucionan los bosques.

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