Estos son los países más innovadores de América Latina, ¿En qué puesto está Ecuador?

Innovar, es aplicar nuevos conceptos y prácticas que pueden ser útiles para un potencial incremento de la productividad y competitividad en distintos ámbitos, desde lo económico, hasta lo social y a nivel tecnológico.

Varios países tienen éxito innovando, contando con las condiciones necesarias para que las personas puedan contribuir con estas ideas. Sin embargo, otras naciones son todo lo contrario a innovación, pues sus condiciones sociales en lugar de facilitar, dificultan la proliferación de nuevos ideales que permitan desarrollarse.

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Es así que la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), elabora un índice mundial de innovación anual, en la que utilizando varios parámetros, mide el grado de innovación de 132 países alrededor del mundo, ranking en donde los países latinoamericanos no quedan en buena posición, debiendonos preguntarnos, ¿Qué país de América Latina es el más innovador?

El Índice Mundial de Innovación es una referencia de primer orden para medir el desempeño de las economías en materia de innovación. El Índice se publica anualmente y se erige como una valiosa herramienta de análisis comparativo que utilizan las instancias encargadas de formular políticas, líderes empresariales y otras partes interesadas para evaluar los avances en innovación a lo largo del tiempo.

Este índice evalúa las etapas clave del ciclo de innovación, incluida la inversión en ciencia e innovación, el progreso tecnológico, la adopción de tecnología y el impacto socioeconómico de la innovación.

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En la edición de 2023, el índice destaca que ha existido un fuerte progreso tecnológico en las tecnologías de la información, la salud, la movilidad y la energía. Los avances en la potencia informática, la caída de los costos de la energía renovable y la secuenciación del genoma contribuyen al desarrollo global.

Este índice agrupó al Caribe y a los países de América Latina en una misma categoría para facilitar el análisis. De forma general, la región enfrenta desafíos en la aplicación de las nuevas tecnologías y en innovar en distintos ámbitos, en parte, gracias a la extensa burocracia que dificulta el reclamo de patentes, las leyes laxas respecto a derechos de autor, y al deterioro de la calidad de vida, lo que fomenta la fuga de cerebros hacia países con mejores condiciones de habitabilidad (Estados Unidos por lo general).

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De entre todos los países de la región, es Brasil quien se perfila como la nación más innovadora, superando a Chile en esta edición con sus 33,6 puntos, ubicándose en la posición 49. Brasil cuenta con uno de los principales polos de ciencia y tecnología del mundo en 2023, el cual se ubica en la ciudad de São Paulo, siendo además el único que está ubicado en América Latina. La mayoría de centros de innovación, están ubicados en China, Estados Unidos y Asia Oriental.

Brasil es una de las naciones que más posiciones ha subido en este listado, destacando como una opción ideal para innovar en la región sudamericana, si bien aún presenta ciertos problemas en cuanto a seguridad y gobierno. Para los políticos de Brasilia, la mejora refleja el éxito de las iniciativas vinculadas a la Política Nacional de Innovación, lanzada a finales de 2020, como programas de apoyo a startups.

El gigante sudamericano, tiene el potencial de ubicarse dentro de los primeros 20 puestos para el 2030, dada la vastedad de su territorio y de su enorme población, aunque para ello, los gabinetes en el gobierno deberán impulsar políticas que fomenten y faciliten la innovación.

El Ecuador no alcanza a estar ni siquiera en el top 100 de este listado. Sus 20,5 puntos lo sitúan en la posición 104 del tablero, por debajo de naciones como Pakistán, Botsuana y Ruanda, estando además en la posición 16 a nivel regional.

El estudio señala que el Ecuador tiene varias deficiencias en su política, lo que se ve reflejado en los datos obtenidos. Por ejemplo, las instituciones nacionales son débiles, en comparación con las naciones de la misma región que están varias posiciones más arriba, lo que las hace más vulnerables a la corrupción y a la malversación de fondos.

En cuanto a capital humano, tampoco logra destacar, obteniendo resultados mediocres en todas las variables analizadas, desde la expectativa de años de estudio, hasta la educación universitaria y la inversión del estado en innovación y desarrollo tecnológico. En los otros parámetros, como características del mercado y emprendimiento, los patrones se repiten, obteniendo solo un resultado medianamente aceptable únicamente en el apartado de las infraestructuras.

Para ver este análisis en mayor profundidad, podrás descargarlo en el sitio web de la OMPI o haciendo directamente clic aquí.