Cada 28 de diciembre en España y América Latina la gente se gasta bromas y algunos medios de comunicación publican noticias falsas por el Día de los Inocentes, o de los Santos Inocentes, como lo denomina la Iglesia católica.
Sin embargo, esta jornada tiene su origen en una historia muy poco festiva: la matanza de niños pequeños que registra uno de lo cuatro evangelios cristianos, el de Mateo.
De acuerdo a la versión cristiana recogida en este evangelio, hace más de 2.000 años Herodes I decidió aniquilar a todos los menores de dos años en Belén, con el objetivo de acabar con el recién nacido Jesús.
Aparentemente, tomó esta decisión luego de escuchar el relato de unos "magos venidos de Oriente", que le advirtieron de que acababa de nacer un infante que sería el rey de los judíos y en consecuencia pondría en peligro su reinado.
La Iglesia católica decidió honrar a los infantes muertos como "los primeros mártires de Jesús", y con el paso del tiempo se convirtieron en los "Santos Inocentes".
Pero ¿cómo una conmemoración tan triste se convirtió en un día tan alegre?