Los restos de la embarcación recién pudieron ser localizados en septiembre de 1985.
Era de noche y la mayoría de los pasajeros dormía cuando, hace exactamente 110 años, un iceberg puso fin al primer viaje del barco de pasajeros más impresionante jamás construido, el Titanic.
El barco viajaba a 41 kilómetros por hora. Menos de 3 horas después, ya se había convertido en un naufragio, hundido en los confines del Atlántico en la noche del 14 al 15 de abril de 1912.
Sus restos fueron localizados solo en septiembre de 1985: el barco se dividió en dos partes, separadas a 800 metros de distancia, a 3.843 metros de profundidad, a 650 kilómetros de Canadá.
BBC News Brasil habló con expertos sobre algunas curiosidades de este naufragio tan famoso.
1. "Insumergible"
"Ni siquiera Dios hunde el Titanic". La reputación de la enorme embarcación como "insumergible" tenía sus razones.
"Para la ingeniería, el Titanic se hizo famoso porque fue el primer barco en el que se aplicó un concepto de diseño que pretendía segmentar el barco dividiéndolo en varios compartimentos estancos, es decir, si el agua inundaba un compartimento, no podría inundar el siguiente", explica el ingeniero naval Alexandre de Pinho Alho, profesor del Departamento de Ingeniería Naval y Oceánica de la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ).
El problema, explica el profesor, fue que este proyecto se topó con el desafío de pasar las tuberías y cables eléctricos a lo largo del barco.
"¿Cuál fue la solución? Calcularon un límite razonable esperado [de inundación] en caso de daño, concluyeron que el agua no llegaría al techo, y crearon compartimentos más o menos aislados, es decir, hicieron una protección justo hasta bien cerca del techo", dice Alho.
Pero el choque con el iceberg fue tan grande que esta idea resultó insuficiente. "El desgarro en el casco se extendió por la mitad de la longitud del navío. En esas circunstancias, el agua llegó hasta el techo", añade.
"El barco entró en una condición que llamamos 'inundación progresiva', punto a partir del cual ya no hay forma de salvarlo: se pueden activar todas las bombas, tomar todas las medidas, pero no se puede sacar un caudal de agua mayor que el que entra", contextualiza.
"El proyecto había sido publicitado en su momento como el de un barco 'no sumergible'", añade el ingeniero civil Thierry Stump, constructor naval y navegante.
"Una de las grandes defensas era que había muchos sótanos separados, con paredes semi-impermeables entre ellos, así que incluso si dos seguidos se inundaban no sería suficiente para hundir el navío".
"Sin embargo, el iceberg impactó el barco de costado y destruyó muchas paredes transversales", apunta.
El ingeniero de transporte Aurélio Soares Murta, profesor de la Universidad Federal Fluminense, señala que incluso el sistema de cierre de esos compartimentos estancos terminó por no funcionar como estaba previsto.
Ello se debió al fuerte impacto contra un material más débil que el acero que se usa hoy en día en embarcaciones de este tipo.
"El choque fue tan fuerte que provocó un cambio en la estructura del barco. Las puertas no pudieron cerrarse, se atascaron", dice. "La metalurgia en ese entonces era diferente. El Titanic se fabricó con el mejor acero disponible, pero esto no se compara con el acero que tenemos hoy".
El ingeniero metalúrgico Jan Vatavuk, profesor de la Universidad Presbiteriana Mackenzie en Sao Paulo, explica que, hasta la década de 1940, los cascos de los barcos se fabricaban con láminas de metal remachadas; solo después se convirtieron en piezas soldadas.
"Hubo una gran evolución de técnicas y materiales. La soldadura es un proceso más agresivo en cuanto al cambio de microestructura en la región fundida, ya que coloca un material derretido para unir las chapas", explica.
"Y a partir de la Segunda Guerra Mundial se comenzó a fabricar acero con un menor porcentaje de carbono y un mayor porcentaje de manganeso. También mejoró el grado de limpieza de los materiales. Hoy el acero es un material más tenaz, más adecuado para superestructuras".
Vatavuk define los barcos contemporáneos como "vigas elásticas", capaces de soportar la flexión provocada por el constante movimiento de las olas.
"En caso de grandes tormentas, aguantan bien. Tenemos que evitar la fatiga del material tanto como sea posible".
2. La Banda Azul
Pero en los grandes accidentes siempre hay que recordar que hay fallos humanos. Para los expertos, en el caso del Titanic influyó la intensa presión para que el barco fuera rápido, incluso teniendo que enfrentar adversidades como una región llena de icebergs.
Esto se debe a que existía una condecoración, instituida en 1839, llamada Banda Azul (Blue Riband), que tenía como objetivo reconocer y publicitar los barcos más rápidos en las travesías transatlánticas. Y el Titanic era el candidato favorito para ganar el honor.
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