Roberto Linguanotto, la leyenda de la pastelería italiana y creador del tiramisú moderno, murió

Roberto Linguanotto, conocido cariñosamente como ‘Loli’, falleció el 28 de julio a sus 81 años a causa de una enfermedad. Loli comenzó su carrera en el prestigioso restaurante Le Beccherie en Treviso, Italia. Fue allí, en los años 60, donde reinventó el tiramisú, un postre tradicionalmente humilde, y lo elevó a una delicia gourmet.

Originalmente concebido como una variación del ponche de huevo, Linguanotto lo adaptó para los clientes de una casa de citas cercana, lo que crea un postre estimulante y energizante. De ahí el nombre “tiramesù”, que en dialecto veneciano significa “levántame”, refiriéndose a su capacidad para dar energía.

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El gobernador de la región de Venéto, Luca Zaia, expresó su tristeza por la pérdida de Linguanotto, destacando su influencia en la pastelería. De la misma manera elogió la maestría de Linguanotto como pastelero y su pasión por la perfección.

La historia del tiramisú está llena de anécdotas y leyendas. Algunos dicen que su origen se remonta al siglo XVII, cuando se creó en Siena en honor al Gran Duque de Toscana, Cosme III de Medici.

Sin embargo, es en el siglo XX cuando el tiramisú realmente comienza a tomar forma, especialmente con la intervención de Linguanotto. A mediados de los años 50, el postre se servía en la región del Véneto y se consideraba un manjar con propiedades estimulantes.

Este postre, que incluye ingredientes como café, cacao y queso mascarpone, es hoy en día un ícono de la pastelería italiana. La combinación de sabores y texturas crea una experiencia culinaria única que ha conquistado paladares en todo el mundo.

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Roberto Linguanotto aparte de perfeccionar el tiramisú, también dejó una huella indeleble en la gastronomía italiana e internacional. Su versión del tiramisú ha inspirado a innumerables chefs y aficionados a la cocina a explorar y experimentar con este clásico postre.

Su legado perdura, no solo en cada porción de tiramisú que se sirve en las mesas de todo el mundo, sino también en la inspiración que su historia sigue proporcionando a las nuevas generaciones de pasteleros.