En cuatro años se ha registrado un aumento de grupos aislados identificados.
Muchos son guerreros que se defienden atacando y aún usan arco y flecha. Otros son cazadores-recolectores. También hay nómadas, capaces de construir una vivienda en pocas horas y abandonarla días después.
De lo poco que se sabe sobre los pueblos indígenas que viven en aislamiento se puede afirmar que, en su mayoría, habitan en siete países de América del Sur, en especial en la región amazónica.
Fuera de este subcontinente, las únicas tribus aisladas que se han registrado están en India y en Papúa Nueva Guinea.
Indigenistas e indígenas tienen la certeza de que esos pueblos no quieren mantener contacto con otros.
Un nuevo informe, elaborado por el indigenista brasileño Antenor Vaz, revela que el número de pueblos aislados registrados está creciendo en América del Sur.
En un período de casi 15 años, la región duplicó el número de pueblos indígenas identificados en situación de aislamiento, que son clasificados como "confirmados" (con existencia reconocida por el Estado y/o la sociedad civil) o "a confirmar" (avistados, pero todavía pendientes de evidencias y testimonios irrefutables).
Los registros sobre la presencia de grupos aislados pasaron de 84 a 185 entre 2005 y 2019, pero la situación de 119 de ellos es considerada extremadamente preocupante.
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"Están acorralados, principalmente por empresas madereras, buscadores de metales y piedras preciosas o por grupos rivales. En general, el Estado no logra tener un sistema eficiente de localización ni de protección", afirma Vaz.
Agrega que en todos los países hay una reducción de recursos para políticas específicas para estos grupos.
Según él, hay situaciones conflictivas en Perú, Ecuador y Brasil.
Amenazas concretas
El indigenista cita el narcotráfico, la falsificación de documentos para tomar posesión de tierras de forma ilegítima, la explotación de recursos naturales, las obras de infraestructura, los agronegocios y el turismo desordenado como amenazas a los indígenas que viven de forma aislada.
La intensidad de estas amenazas, sin embargo, varía dependiendo del país.
"Los territorios ocupados por esos grupos están amenazados por grandes proyectos gubernamentales y privados, así como por acciones ilícitas, principalmente en regiones fronterizas, donde la presencia protectora de los Estados es mínima", observa.
A partir de informes elaborados por organizaciones indígenas e indigenistas de Brasil, Bolivia, Colombia, Ecuador, Paraguay, Perú y Venezuela, Vaz detalla la situación de pueblos indígenas aislados en esos países.
El indigenista señaló que para entender la situación de esos pueblos, con realidades políticas y regionales específicas y diferentes marcos legales para el reconocimiento de sus territorios, fue importante contar con un colectivo de diferentes profesionales de los países involucrados.
En el informe, Vaz registró un aumento de las tribus aisladas "confirmadas" (de 51 en 2005 a 66 en 2019) y un gran salto en el número de pueblos aislados "a confirmar" (33 en 2005 a 119 en 2019), lo que, según el indigenista, muestra la necesidad de investigar y proteger aún más estos territorios.
El documento será presentado a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) esta semana, durante la 18ª sesión del Foro Permanente de las Naciones Unidas sobre Cuestiones Indígenas.
Se trata de una iniciativa de la organización no gubernamental Land is Life (Tierra es Vida), que pretende utilizar el documento para intentar asegurar la protección completa y efectiva de las tierras que habitan los grupos aislados y exigir la garantía de sus derechos sobre el territorio.
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José Proaño, representante de Land is Life en América del Sur, dice que el informe cubre una laguna que existe sobre el tema: la carencia de información detalladas en toda la región.
"Después de varios análisis percibimos que la mayoría de los trabajos realizados anteriormente eran panorámicos, o sea, demostraban situaciones urgentes sobre salud, políticas de protección, y hablaban de manera general sobre las amenazas contra la vida de esos pueblos".
"Junto con las organizaciones indígenas, identificamos que una parte sustancial de sus luchas se dan por el territorio y esa es también la identidad de los pueblos aislados, por lo que optamos por profundizar el análisis de esa situación en cada uno de los países ", explica Proaño.
"Ahora sabemos cuántas hectáreas les han sido reconocidas a grupos aislados y cuántos están involucrados en litigios legales por proyectos que se superponen con sus tierras. Tenemos varios objetivos con este informe, algunos son locales y otros internacionales", comenta.
El primer informe regional que, según Vaz, fue utilizado como marco temporal y base de comparación para el actual, fue hecho en 2005 por el belga radicado en Brasil Vincent Brackelaire.
En este documento más reciente, elaborado 14 años después, Proaño destaca como nuevo el enorme aumento de actividades ilegales, como la minería en Colombia y Venezuela, la extracción ilegal de madera en la frontera entre Perú y Ecuador, y la presencia de grupos armados irregulares.
La situación de los pueblos
En entrevista con BBC Brasil, Vaz detalló la situación de cada uno de los países, destacando los principales desafíos.
El brasileño -que se formó como físico- se dedica a cuestiones indígenas desde los años 80. Trabajó para la Fundación Nacional del Indio (Funai), empezando como educador, y luego encabezó el Frente de Protección Etnoambiental en el Valle del Javari, una de las mayores tierras indígenas demarcadas del país.
Desde hace décadas sigue de cerca la cuestión de los pueblos aislados.
Brasil
Con 114 tribus aisladas registradas (28 confirmados y 86 a confirmar), Brasil es el país con mayor número de pueblos indígenas en situación de aislamiento y también el que tiene el mayor número de territorios definidos para esos grupos.
Solo uno no está en la Amazonia, puntualiza el indigenista.
Vaz dice que Brasil fue pionero en desarrollar metodologías y prácticas de protección bastante eficientes, que resultaron en una gran cantidad de registros de pueblos aislados.
A partir de 1987 -cuenta el experto- el país protagonizó un cambio importante, optando por una política de "no contacto", a menos que sea extremadamente necesario o que la iniciativa venga de los pueblos aislados.
El indigenista explica que comenzó a prevalecer en Brasil el entendimiento de que la protección de los aislados pasa por respetar la decisión del aislamiento e instituir un sistema protector que garantice el territorio para esos indígenas.
Por eso, consideró arriesgada la operación organizada este año por la Funai para establecer contacto con un grupo de indios Korubo, en el sur del estado de Amazonas.
A pesar de vivir aislados en la selva amazónica, corrían riesgo de ser víctimas de una masacre, ya que estaban enfrentados con una etnia vecina, los Matis.
La operación para contactar a los indios había sido solicitada hace más de cuatro años por los Matis, que llegaron a invadir una base de la Funai en la región, en 2016, en un intento por presionar a ese órgano.
A principios de abril, la Funai divulgó el resultado de la mayor expedición de hayan realizado en los últimos 20 años para acercarse a grupos aislados. Según la Funai, los encuentros fueron pacíficos y redujeron las tensiones en la Tierra Indígena Vale do Javari. También permitió aplicar vacunas y examinar la salud de los Korubos.
Los Korubos que ya habían sido contactados anteriormente hicieron fiesta al encontrarse con sus parientes todavía aislados.
A pesar de las iniciativas exitosas de Brasil, que cuenta con un sistema de protección de indígenas aislados desde 1988, los grupos aislados en territorio brasileño quedan en situación vulnerable no sólo por la acción ilegal de mineros y madereros, sino también por actividades que cuentan con aval y financiamiento del Estado, como la extracción de minerales y la construcción de carreteras e hidroeléctricas.
Vaz resalta también que el marco jurídico en Brasil para los grupos aislados todavía es frágil.
"Todavía falta un marco jurídico consistente", dice. "Lo que hay es solo un conjunto de actos administrativos, que pueden ser fácilmente revocados."
Venezuela
Venezuela es uno de los países donde, según el indigenista, la situación es más dramática.
Oficialmente, el país no reconoce ningún grupo en situación de aislamiento, aunque indígenas e indigenistas afirman que existen tres grupos confirmados y uno por confirmar.
El gobierno alega que todos están integrados y, por consiguiente, no hay necesidad de tomar medidas protectoras. Los activistas, sin embargo, han intentado sensibilizar a los órganos del gobierno y han pedido que la nueva Constitución del país cree un dispositivo específico para esos grupos.
Las petroleras y mineras amenazan a los grupos ubicados en territorio venezolano, así como la acción de grupos armados y de narcotraficantes, dice el informe de Land for Life.
Colombia
En 2018 Colombia aprobó una ley específica para el caso de los indígenas aislados.
"El país se destaca porque la legislación fue discutida durante tres años", dice Antenor Vaz, observando que la nueva ley prevé un conjunto de programas y acciones para la protección de los pueblos en situación de aislamiento.
La nueva legislación aún está en la fase de implementación.
Colombia tiene dos pueblos confirmados y 16 por confirmar, según Land for Life. "El nuevo presidente (Iván Duque) tiene ese desafío (de implementar la ley)".
En Colombia, la principal amenaza viene de las iniciativas expansionistas, entre ellas, el cultivo de coca y la minería.
Perú
En Perú, hay divergencia entre el número de pueblos aislados contabilizados por las autoridades del gobierno y por las entidades representante de los indígenas. Son 17 pueblos confirmados por el Estado y 26 por las organizaciones indigenistas.
El país cuenta con una legislación específica, incluso para la demarcación de tierras para pueblos aislados, pero enfrenta problemas con la acción de petroleras y con la explotación de madera en los bosques.
Bolivia
La situación de los pueblos aislados que ocupan el territorio boliviano es, en las palabras de Antenor Vaz, "difícil".
Hay dos grupos confirmados y siete por confirmar. Pero, aún durante el gobierno de Evo Morales, una empresa china fue autorizada a hacer prospecciones con explosivos en busca de petróleo.
"A pesar de poseer un marco jurídico amplio, que posibilitaría la formulación de instrumentos legales para la consolidación de procedimientos, Bolivia no cuenta con ningún marco jurídico específico para la definición territorial. En 2013 aprobaron una ley, pero quedó sólo en el papel, nunca fue implementada", afirma Vaz.
Paraguay
Hay dos grupos confirmados y cinco por confirmar en Paraguay, en una región que no está cubierta por la selva amazónica, pero que sufre de deforestación. Los dos grupos confirmados transitan también en territorio boliviano, pero no hay una política conjunta de los dos países para protegerlos.
El agronegocio es, según el informe, uno de los grandes villanos en la región.
Ecuador
Ecuador tiene tres grupos confirmados y cuatro a confirmar.
Los tres grupos confirmados -Tagaere, Taromenne y Dugakairi- comparten territorio con los Waorani.
En 1999 Ecuador, por medio de un decreto, aprobó la creación del territorio llamado de Zona Intangible Tagaeri Taromenane, destinada a los pueblos Tagaere y Taromenane.
Casi 20 años después incluyó en la Constitución un artículo específico sobre pueblos en aislamiento voluntario.
Pero, según Antenor Vaz, muy poco se ha hecho en la práctica.
"La principal amenaza es la actividad petrolera promovida directamente por el Estado ecuatoriano", dice el indigenista, destacando la influencia china en la extracción de materia prima en el país y los riesgos de contaminación de la tierra y de los ríos donde están los indígenas aislados.
Respuestas
El indigenista hace hincapié en que las amenazas a los pueblos aislados no sólo provienen de las actividades ilegales en las áreas donde viven, sino también de acciones que cuentan con el aval o la financiación pública.
"Siendo así, es extremadamente urgente que las políticas de protección salgan del 'aislamiento' y dialoguen con las instancias responsables de la concepción e implementación de las políticas de desarrollo de cada Estado", dice.
Añade que el Ejecutivo, el poder Legislativo y la sociedad en general, también necesitan participar en las discusiones.
"En todo este proceso deben participar las organizaciones indígenas y aliadas. En ese campo, los organismos multilaterales tienen un papel fundamental de movilización y convocatoria.
Para José Proaño, "es imperativo que Estados y gobiernos entiendan que la mejor manera de proteger a los pueblos aislados es reconocer y proteger sus territorios por medio de políticas eficaces que garanticen que esos territorios tengan una naturaleza intocable para la extracción de recursos naturales y planes de desarrollo".
"En la gran mayoría de los casos, los territorios de los aislados y recientemente contactados, son territorios compartidos que deben estar sujetos a regímenes especiales de protección y uso de recursos", evalúa Proaño.
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