La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha añadido otra variante del coronavirus a su lista para vigilar. Se llama mu y ha sido designada como variante de interés (VOI).
Esto significa que tiene diferencias genéticas con las otras variantes conocidas y está causando infecciones en múltiples países, por lo que podría representar una amenaza particular para la salud pública.
Es posible que los cambios genéticos de mu la hagan más transmisible, le permitan causar una enfermedad más grave y la hagan más capaz de escapar a la respuesta inmunitaria provocada por las vacunas o la infección con variantes anteriores.
Esto, a su vez, podría hacerla menos susceptible a los tratamientos. Nótese la palabra podría.
Una VOI no es una variante preocupante (VOC), que es una variante que se ha demostrado que adquiere una de esas características, lo que la hace más peligrosa y, por tanto, más importante.
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Mu está siendo vigilada de cerca para ver si debe ser designada como VOC. Esperemos que no lo sea.
Hay otras cuatro VOI que están siendo vigiladas por la OMS —eta, iota, kappa y lambda— pero ninguna de ellas ha sido reclasificada como VOC.
Ese podría ser el caso de mu también, pero tenemos que esperar a tener más datos.
Lo que hace que mu sea particularmente interesante (y preocupante) es que tiene lo que la OMS llama una "constelación de mutaciones que indican propiedades potenciales de escape inmunológico".
En otras palabras, tiene los rasgos distintivos de poder eludir la protección vacunal existente.
¿Dónde se está propagando?
Mu fue vista por primera vez en Colombia en enero de 2021, cuando se le dio la designación B.1621. Desde entonces se ha detectado en 40 países, pero se cree que actualmente es responsable de solo el 0,1 % de las infecciones a nivel mundial.
Mu ha sido mucho más prevalente en Colombia que en cualquier otro lugar.
Si se observan las muestras de coronavirus que han sido secuenciadas genéticamente, el 39 % de las analizadas en Colombia han sido de mu —aunque no se han registrado muestras allí en las últimas cuatro semanas—.
Por el contrario, el 13 % de las muestras analizadas en Ecuador han sido mu, y esta variante representa el 9 % de las muestras secuenciadas en las últimas cuatro semanas, mientras que en Chile algo menos del 40 % de las muestras secuenciadas han resultado serlo en el último mes.
Esto sugiere que el virus ya no circula en Colombia, sino que se transmite en otros países sudamericanos cercanos.
Hasta ahora, se han identificado 45 casos en el Reino Unido mediante análisis genéticos, y parece que proceden del extranjero.
Sin embargo, como no todos los casos de covid-19 acaban siendo secuenciados para ver qué variante son, es posible que la prevalencia de mu en el Reino Unido sea mayor.
¿Cuán peligrosa es?
Las preguntas clave son si mu es más transmisible que la variante actualmente dominante, delta, y si puede causar una enfermedad más grave.
Mu tiene una mutación llamada P681H, reportada por primera vez en la variante alfa, que es potencialmente responsable de una transmisión más rápida.
Sin embargo, este estudio todavía está en formato de prepublicación, lo que significa que sus conclusiones aún no han sido revisadas formalmente por otros científicos.
Todavía no podemos estar seguros de los efectos de la P681H en el comportamiento del virus.
Mu también tiene las mutaciones E484K y K417N, que están asociadas con la capacidad de evadir los anticuerpos contra el coronavirus. Las pruebas sobre esto son más concretas.
Estas mutaciones también se dan en la variante beta, por lo que es posible que mu se comporte como beta, contra la que algunas vacunas son menos eficaces.
Mu también tiene otras mutaciones, como R346K e Y144T, cuyas consecuencias se desconocen, de ahí la necesidad de realizar más análisis.
Pero ¿puede la mu evadir realmente la inmunidad preexistente?
Hasta el momento solo hay información limitada sobre esto, con un estudio de un laboratorio en Roma que muestra que la vacuna de Pfizer/BioNTech fue menos eficaz contra mu en comparación con otras variantes cuando se probó en un experimento de laboratorio.
A pesar de ello, el estudio seguía considerando que la protección ofrecida contra la mu por la vacuna era sólida. Realmente, aún no sabemos si las mutaciones de mu se traducirán en un aumento de la infección y la enfermedad.
Sin embargo, han aparecido informes sorprendentes sobre mu.
A finales de julio, un canal de noticias de Florida informó de que el 10 % de las muestras secuenciadas en la Universidad de Miami eran mu.
A principios de agosto, Reuters informó de que siete residentes totalmente vacunados de una residencia de ancianos en Bélgica habían muerto por un brote de mu.
Sin embargo, estas son instantáneas limitadas del comportamiento de la variante.
¿Qué pasará después?
Mu es la primera variante nueva que se añade a la lista de la OMS desde junio.
Cuando se designa una variante de interés, la OMS lleva a cabo un análisis comparativo de las características de la nueva variante, evaluando cómo se compara con otras que también están siendo vigiladas, pidiendo a sus estados miembros que recopilen información sobre la incidencia y los efectos de la variante.
Esto se está llevando a cabo en la actualidad.
La designación de mu como VOI refleja la preocupación generalizada por la posibilidad de que surjan nuevas variantes que puedan resultar problemáticas.
La variante delta, más transmisible, que se está afianzando en muchos países, especialmente entre los no vacunados, muestra la rapidez y la importancia con que las variantes víricas pueden cambiar el curso de la pandemia.
Cada vez que el virus se reproduce en el interior de una persona existe la posibilidad de que mute y surja una nueva variante.
Es un juego de números. Es un proceso aleatorio, un poco como tirar los dados.
Cuantas más tiradas haya, mayor será la posibilidad de que aparezcan nuevas variantes. La principal forma de detener las variantes es la vacunación global.
La aparición de la mu nos recuerda lo importante que sigue siendo ese objetivo.
Muchas personas, especialmente en los países en desarrollo, siguen sin vacunarse.
Debemos hacer llegar las vacunas a estos países lo antes posible, tanto para ayudar a las personas allí vulnerables como para impedir que surjan nuevas variantes.
De lo contrario, nuestra salida de la pandemia se retrasará, posiblemente durante meses.
Luke O'Neill es profesor de bioquímica en el Trinity College de Dublín, Irlanda.
Este artículo fue publicado en The Conversation. Haga clic aquí para acceder al original.
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