La preferencia del azul ha continuado sin interrupción desde los primeros estudios de color registrados en el siglo XIX.
En 1993, el fabricante de crayones Crayola pidió a niños estadounidenses que nombraran su color de crayón favorito.
La mayoría eligió diferentes tonos de azul.
Luego de siete años, la firma repitió su experimento.
Nuevamente, siete tonos de azules aparecieron entre los 10 primeros. También estaban el morado, verde y rosa.
El predominio del azul no sorprende a Lauren Labrecque, profesora de la Universidad de Rhode Island, EE.UU., que estudia el efecto del color en el marketing.
Ella suele pedir a sus estudiantes que nombren su color favorito. Después de que responden, muestra su presentación.
"Ya tengo una diapositiva preparada que dice que el '80% de ustedes dijo azul'", dice Labrecque.
Y suele tener razón.
Getty Images
"Una vez que llegamos a ser adultos, a todos nos gusta el azul. Y parece ser intercultural", cuenta. Aunque curiosamente, Japón es uno de los pocos países donde las personas clasifican al blanco entre sus tres colores principales.
¿Qué dicen los estudios?
Tener un color favorito es algo que tiende a surgir en la infancia.
Pregúntale a cualquier niño cuál es el suyo y la mayoría, crayón en mano, ya estará preparado para responder.
Lo cierto es que cuanto más tiempo pasan los niños en el mundo, más comienzan a desarrollar afinidades con ciertos colores, en función de aquello a lo que han estado expuestos y a lo que lo asocian.
Es más probable que relacionen los colores brillantes como el naranja, el amarillo, el morado o el rosa con emociones positivas.
Recomendadas