14 mar 2025 , 12:43

Científicos cartografían el lecho marino, más desconocido que la Luna

Desde el lanzamiento de la iniciativa Seabed 2030 en 2017, el proyecto ha logrado aumentar la cartografía del fondo marino del 6% al 25%, utilizando tecnologías como sónares multihaz y computación avanzada.

   

Los fondos marinos cubren tres cuartas partes del planeta, pero están menos cartografiados que la Luna. Sin embargo, desde hace años, una iniciativa global trabaja para obtener una imagen clara de esta parte tan desconocida del mundo.

Entender las profundidades de los océanos es crucial para la instalación de cables submarinos, para calcular las trayectorias de los tsunamis o para proyectar cómo se elevará el mar ante el calentamiento del clima.

Cuando la iniciativa Seabed 2030 (Fondos Marinos 2030) se puso en marcha en 2017, solo un 6% del suelo oceánico estaba adecuadamente cartografiado.

Desde entonces, haciendo uso de datos históricos, sonares de buques industriales y de investigación y el creciente poder de las computadoras, el proyecto ha conseguido elevar ese porcentaje al 25%.

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"A medida que juntamos más datos, obtenemos esta hermosa fotografía del fondo marino, es como enfocarla", afirma Vicki Ferrini, responsable del proyecto del Centro del Oceáno Índico y Atlántico.

"Empiezas a ver los detalles y los patrones, empiezas a entender los procesos oceánicos de otra forma", agrega esta investigadora del Observatorio de la Tierra Lamont-Doherty de la Universidad de Columbia.

La tecnología de los satélites nos permite ahora acercarnos a la superficie de la Luna o a un barrio situado en la otra punta del mundo, pero cuando se refiere al fondo oceánico, hay un problema básico.

"La física... El agua está en medio", dice Ferrini.

Aunque hay algunos instrumentos que pueden llegar a las partes más superficiales del fondo marino, para la mayor parte del océano solo se disponen de los métodos acústicos: el sonar que emite ondas hacia el lecho marino y recupera los datos de las profundidades.

Antes, la mayoría de barcos usaban sonares de un solo haz, que enviaban un solo impulso sonoro, con lo que solo podían ofrecer datos de un lugar cada vez.

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Ahora, los sonares multihaz son habituales, explica Martin Jakobsson, decano de ciencia terrestre y medioambiental en la Universidad de Estocolmo y codirector del centro Ártico y Pacífico Norte de Seabed 2030.

"Consigues una franja, casi como una vista en 3D directamente, y esto es exactamente lo que queremos para cartografiar el océano".

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