El impacto de ambos casos es mucho mayor de lo perceptible a primera vista, por la situación de emergencia en ambas ciudades.
Los dos alcaldes principales de Ecuador, el de Quito Jorge Yunda y la de Guayaquil Cynthia Viteri, están bajo la lupa judicial por posible corrupción y malversación, en medio de una pandemia que no conoce colores políticos.
Los escándalos salpicaron primero al regidor de Quito, un político de izquierdas que se ve contra las cuerdas por una sospecha de malversación en la compra de 100.000 pruebas PCR al inicio de la pandemia.
Su colega de Guayaquil, de la derecha socialcristiana, es investigada por una serie de murales por la ciudad, un trabajo de óleos para conmemorar el Bicentenario, y contratos supuestamente irregulares para la limpieza de varias zonas municipales.
Y mientras ambos aseguran ser inocentes, la gravedad de las acusaciones puede afectar a la gestión municipal cuando la pandemia en las dos ciudades pasa por picos sin precedentes.
100.000 PRUEBAS PCR
En el caso de Yunda su proceso está ligado a la compra de 100.000 pruebas PCR en el primer semestre de 2020, en un contrato con la firma privada Salumed S.A. que, finalmente, entregó pruebas de baja eficiencia a un aparente sobreprecio, causando al erario público 4,22 millones de pérdida.
Con un grillete electrónico desde febrero, como medida sustitutiva a la prisión preventiva, el regidor quiteño asegura que su decisión "salvó vidas", pero el caso ha sido llamado a juicio la semana pasada.
Con él se sentarán como acusados otras 13 personas, algunos, estrechos colaboradores.
De forma indirecta, en el caso también aparece su hijo Sebastián, del que se han difundido conversaciones que implican una relación inapropiada con funcionarios del municipio.
El Código Integral Penal (COIP) de Ecuador establece una condena de prisión de entre 10 y 13 años por el delito de peculado.
DESINSTITUCIONALIZACION
Para el analista político y columnista Giuseppe Cabrera, la situación de los alcaldes se debe a que no existe un sistema nacional de contratación pública que brinde flexibilidades en circunstancias de emergencias: "Es un tema estructural de un mal diseño".
"No podemos tener un sistema guiado por individuos que caen en problemas", sentenció al abogar por un sistema que responda a los intereses generales.
Sin embargo, para su colega Oswaldo Moreno, director ejecutivo de Consultores Políticos Independientes Latinoamérica, el problema es mucho más amplio.
Se debe, dice, a un problema de representatividad, de impunidad y falta de liderazgo en Ecuador.
Guayaquil "tuvo un liderazgo muy fuerte con (el exalcalde) Jaime Nebot", pero con Viteri no existe esa figura de líder, sostuvo.
Una situación similar a la de Quito que "viene de alcaldes que no respondían a la expectativa" y, con Yunda, sucede lo mismo porque "no representa un liderazgo desde la capital".
Los dos casos afectan a la institucionalidad del país, ya que Ecuador viene en un proceso de desafección política que cada vez se intensifica más, abundó Cabrera.
El problema con la corrupción es que provoca que "la gente no se identifique con las instituciones" y esto trae "problemas graves de desinstitucionalización, que abre la puerta a populismos, autoritarismos, a soluciones radicales", concluyó.
Pero más allá de cuestiones de desinstitucionalidad, el impacto de ambos casos es mucho mayor de lo perceptible a primera vista, por la situación de emergencia en ambas ciudades, principales focos de la pandemia.
En Quito, capital de Ecuador, el nivel de contagios acumulados asciende a 127.532, un 32,5 por ciento del total nacional cuando su población apenas es el 17 por ciento de la del país, mientras que en Guayaquil son 35.087, el 8,9 por ciento de los contagios nacionales.
TRES EJES DE INVESTIGACION
Los problemas de Viteri pasan por una docena de contrataciones de limpieza por unos 20 millones de dólares, contratos que en años anteriores habrían sido más baratos, según medios locales.
La alcaldesa debió haber comparecido este martes ante la Fiscalía para dar su versión de los hechos, aunque en el último momento la edil pidió reagendar.
También se investigan el proyecto "Letras Vivas" por el que se pintaron decenas de murales por toda la ciudad, y la elaboración de seis cuadros por cerca de medio millón de dólares con motivo del Bicentenario de la ciudad.
Viteri estaba desde el 26 de abril con licencia sin sueldo por un problema de salud de su hija y, en un video, justificó su ausencia de la Fiscalía con que para ella la salud de su familia es "su columna vertebral".
Pero aseguró que ella misma pidió la intervención de la Contraloría y de la Fiscalía ante las irregularidades descubiertas.
"Me atendré al resultado de las investigaciones con la convicción y seguridad de no haber cometido ninguna infracción", aseguró.
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