¿Por qué es correcto decir siniestro de tránsito y no accidente?

Hablar de accidentes de tránsito ha resultado común durante décadas en países como Ecuador donde cientos de noticias como estas se consumen cada año en la prensa. Sin embargo, por varias razones resulta inadecuado el término al momento de comunicar sobre estos hechos.

Es importante considerar el lenguaje que se utiliza para describir los incidentes en las vías. La palabra accidente sugiere que el evento fue fortuito y no pudo ser evitado, pero muchos sucesos graves o leves en el tránsito son el resultado de comportamientos inadecuados como la conducción bajo los efectos del alcohol, el exceso de velocidad o la distracción al volante.

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Por ello, usar la palabra accidente puede desviar la atención de las causas subyacentes y la responsabilidad personal o social que puede haber en el evento. Al evitarlo, se puede fomentar un enfoque más proactivo en la prevención. Así lo afirman desde las recomendaciones sobre cobertura de siniestros viales elaboradas por la Iniciativa para la Seguridad Vial Global de Bloomberg Philanthropies (BIGRS, por su sigla en inglés).

La organización internacional sin fines de lucro, enfoca su accionar en promover políticas públicas en áreas clave que incluyen la educación vial y cómo se informa sobre incidentes de tránsito, con el objetivo de influir de manera positiva en la percepción y promover una mayor responsabilidad en los actores de las vías.

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Las recomendaciones de Bloomberg Philanthropies y su partner Vital Strategies tienen como objetivo cambiar la narrativa alrededor de los siniestros viales y desnormalizar la prevalencia de estos hechos, que anualmente cobran la vida de más de un millón de personas a nivel mundial.

Es precisamente uno de los puntos centrales de las recomendaciones, evitar el uso del término accidente “ya que transmite una sensación de inevitabilidad y azar, lo que no refleja la realidad de que las lesiones y muertes en el tránsito son prevenibles”, explica un vocero de la organización.

En su lugar, se sugiere utilizar términos como siniestro vial, choque o colisión. Asimismo, se aconseja contextualizar la muerte de una persona en el tránsito como un problema de salud pública, incluir estadísticas locales sobre fatalidades, lesiones y colisiones sin heridos para intentar dimensionar el impacto de estos hechos.

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Hablar de incidentes de tránsito o colisiones puede ayudar a centrar la atención en las medidas que se pueden tomar para evitar que ocurran, como mejorar la infraestructura vial, educar a los conductores y aplicar leyes más estrictas.

Sin duda que el lenguaje influye en cómo se perciben los problemas sociales. Al utilizar términos que sugieren que los incidentes son prevenibles, se puede aumentar la conciencia sobre la seguridad vial y motivar cambios en el comportamiento de los conductores.

Elegir cuidadosamente las palabras que se usan para describir los eventos relacionados con el tránsito no solo refleja una mayor comprensión del problema, sino que también puede contribuir a un cambio en la forma en que entendemos la seguridad vial. Al optar por un lenguaje más preciso y responsable, es posible crear una cultura más consciente y proactiva respecto a la seguridad en las carreteras.

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La Organización Mundial de la Salud (OMS) y otras entidades promueven el uso del término siniestro vial para enfatizar que estos eventos son problemas sociales prevenibles, lo cual es crucial para implementar medidas efectivas.

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Al identificar claramente los factores contribuyentes a los siniestros, Se puede lograr intervenciones específicas para reducir su ocurrencia. También aporta en la educación vial el resaltar la importancia del comportamiento responsable al conducir y el respeto por las normas de tránsito.

Consultar a especialistas en movilidad, planeación urbana o salud pública y entrevistar a víctimas o familiares también humaniza la noticia, de tal forma que la información no sea simplemente el registro de un incidente más. Así se podrá contribuir a una cultura de seguridad vial y prevención con cambios positivos en la sociedad.