La Corte Constitucional analiza una demanda para eliminar las causales del divorcio

La Corte Constitucional, en audiencia, analiza la posible eliminación de las causales de divorcio. El abogado quiteño Sergio Nuñez presentó la demanda alegando que cuando uno de los dos cónyuges ya no quiere estar casado, el otro no le puede obligar a seguir en el matrimonio, y el Estado no le debe forzar a encajar su situación en una de las causales vigentes:

Farid Simon, en representación del demandante, pidió que esa norma se declare inconstitucional y lo explica, "cuando termina el afecto no se puede obligar a exponer su vida privada, debe bastar la voluntad, se viola el derecho a la libertad”, dijo Simon.

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La demanda fue respaldada por tres particulares, entre ellos, Ana Intriago, jueza Civil de Pichincha.

También se presentó un recurso en contra de una organización provida y la oposición del presidente de la Asamblea Nacional, Henry Kronfle, demandado en esta causa, quien expuso su punto de vista mediante la abogada del Legislativo.

La jueza Carmen Corral preparará un proyecto de sentencia que someterá al pleno de la Corte Constitucional para su votación.

En medio de esto, las cifras revelan que los divorcios en Ecuador crecen, en el 2022 hubo 24 595, 3 129 más que diez años antes. La mayoría de hombres se divorcia entre los 40 y 44, las mujeres entre los 30 y 35 años.

En general, un matrimonio dura 16 años, y otro de los cambios en las parejas es que ya no se casan tras relaciones largas y si lo hacen es pasados los 30 años, en el 2022 los hombres se decidieron a los 35 mientras que las mujeres a los 32 años; algo que no se veía en el 2015 cuando se casaban a partir de los 20 años.

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Las principales causas del divorcio tienen que ver con pactos que se rompen, la poca comprensión y la falta de comunicación. El desempleo que deriva de la crisis económica, la religión, que antes era un factor de unión, hoy no pesa, en cambio, los grupos feministas

sí cuentan porque han visibilizado la violencia de género y la importancia de no callar, que ha llevado a la separación definitiva de las relaciones tóxicas.

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