Día de las Madres: "Quería uno y me llegaron cuatro"

Si alguna persona intenta describir a Erika Arteaga Zambrano o a Adriana Guerrero Acosta, debe empezar por mencionar que son mujeres valientes.

Aunque no se conocen y entre ambas hay una diferencia de 26 años, comparten una cualidad muy peculiar. Bastante peculiar. Son madres de cuatrillizos.

Erika cuenta su historia en dos partes: antes y después del 23 de abril de 1993. Ese día no dio a luz a cuatro, sino a seis. Eran cuatro hombres y dos mujeres, sin embargo, dos varones fallecieron. Uno murió al mes y otro a los dos años.

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Arteaga, oriunda de Chone, en la provincia de Manabí, cuenta que en su familia sí había antecedentes de partos múltiples, pero solo existían casos de mellizos. Nunca hubo trillizos, cuatrillizos o sextillizos, como fue su caso.

Comenta que en los primeros meses de su embarazo los médicos determinaron que eran cuatro bebés. Luego de varios meses encontraron a uno más en las ecografías. Pero en el momento del parto encontraron a un sexto. Algo que Erika siempre lo había presentido, pero los médicos nunca le confirmaron.

La mujer dice que tuvo contracciones a partir de las cuatro semanas. "Cada mes sentía que ya iba a parir", señaló.

Finalmente los niños nacieron a los seis meses de gestación en la desaparecida maternidad Enrique C. Sotomayor, en Guayaquil. Comenta que al momento del alumbramiento hubo 18 médicos atendiendo la intervención.

Aún cuando los cuatrillizos eran bebés, Erika se divorció del padre de los niños, aunque él siempre estuvo presente en la vida de sus hijos.

Por otra parte, la mujer destaca que para criar a sus pequeños fue indispensable la ayuda de su madre, de sus familiares y de asistentes domésticas.

Del nacimiento de sus hijos han pasado ya 30 años. Hoy Erika tiene 58. Ve que con mucho orgullo a Diego, Fernando, Haydee y Erika Rodic. Ellos hoy son profesionales. Las mujeres ya son madres y están casadas. Cada una tiene una niña. Los varones aún no son padres, pero cada uno ha emprendido su rumbo.

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La vida de Adriana Guerrero Acosta también se cuenta en dos partes: antes y después del 15 de noviembre de 2022.

La mujer, de 32 años, comenta que junto a su esposo, Rodolfo Conteras, tuvieron que esperar cuatro años para convertirse en padres. Ella deseaba ser madre, pero no lo lograba. De hecho, se había sometido a un tratamiento médico para quedar embarazada, sin embargo, la cigüeña no llegaba.

"Ya quería tirar la toalla", dice la mujer desde su domicilio, en Guayaquil.

Comenta que luego de una cirugía por un quiste, la noticia más esperada sucedió, pero multiplicada por cuatro. "A las seis semanas nos dijeron que eran cuatro embriones", detalló.

"¡Quería uno y me llegaron cuatro!", acotó la mujer.

Los bebés, dos varones y dos niñas, llegaron al mundo a las 34 semanas (más de ocho meses). Nacieron en el hospital Alfredo G. Paulson, en el Puerto Principal. Inmediatamente después del parto, los bebés fueron llevados al área de cuidados intensivos. De ahí iban recibiendo el alta paulatinamente. El último salió el 31 de diciembre de 2022 "a recibir el nuevo año", bromea su padre.

Adriana y Rodolfo bautizaron a los pequeños como Paúl, Axel, Sofía y Ariana. Aunque la pareja señala que los bebés crecen bien, los varones necesitan ser operados. A uno le han detectado una afección en su corazón y a otro le diagnosticaron hidronefrosis. La pareja está esperando las indicaciones médicas para someter a los pequeños a cirugía.

Antes de quedar embarazada, Adriana trabajaba como profesora, no obstante, tuvo que dejar su empleo desde la época de la gestación.

Ella coincide con Erika en que la ayuda es indispensable para ejercer la maternidad. En su caso, Adriana ha contado con el apoyo de su esposo, su suegra, su hermana, una vecina y demás familiares.

"Es el primer Día de las Madres que voy a estar con ellos", agrega. Aunque admite sentirse un poco cansada por toda esta experiencia, enfatiza que es feliz de tener a sus cuatro pequeños en casa y que no lo cambiaría por nada.