En enero de 2024, la UBA atendió poco más de 40 casos de animales perdidos o encontrados tras la pirotecnia.
El uso de pirotecnia se incrementa a escala nacional debido a las festividades de Navidad y Año Nuevo y con ello también aumentan las afecciones en animales domésticos y silvestres.
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Según la Unidad de Bienestar Animal (UBA) del Municipio de Quito, los daños se generan a nivel físico y emocional, debido a los ruidos fuertes y repentinos que generan los fuegos artificiales. Te contamos algunos de ellos:
Los perros tienen un oído más sensible que los seres humanos, por lo que los sonidos de los petardos o cohetes pueden ser extremadamente perturbadores.
Esto puede generarles ataques de pánico, que se manifiestan con temblores, ladridos incontrolables, o incluso intentos de escapar.
El miedo extremo causado por el estruendo puede alterar el ritmo cardíaco y la presión arterial de los animales de compañía, lo que pone en riesgo su salud, especialmente en los caninos con afecciones preexistentes.
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Las aves también pueden enfrentar problemas cardiacos a causa de los fuertes estallidos.
En su afán por escapar del sonido, los animales pueden intentar huir y lastimarse al correr descontroladamente.
Algunos también pueden morder o tragar fragmentos de pirotecnia, lo que puede resultar en intoxicaciones o heridas graves.
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Los animales expuestos a los ruidos fuertes de la pirotecnia pueden desarrollar fobias y comportamientos indeseados a largo plazo, como miedo a salir a la calle, a los vehículos o incluso a ciertas personas, lo que puede afectar su calidad de vida.
¿Qué podemos hacer para cuidar a los animales?
La UBA recomienda evitar el uso de pirotecnia tradicional y priorizar la pirotecnia fría.
También es recomendable mantener a los animales en espacios seguros, dentro de la casa, o en un lugar tranquilo, alejado de ventanas y puertas que puedan permitir la entrada del ruido.
Ante el riesgo de escape y pérdida del animal, se sugiere identificarlos correctamente, con un collar con placa de identificación que tenga su nombre y los datos de contacto del tutor.
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En casos de animales con antecedentes de ansiedad o miedo, es aconsejable asistir con un médico veterinario sobre posibles tratamientos para reducir el estrés, con medicamentos o terapia conductual.
Durante las explosiones, puede ayudar poner música que los relaje. No los regañe y levántelos con precaución si tienen miedo.
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