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Los ciudadanos se refugian en sus hogares tras la ola de violencia en Esmeraldas. Instituciones públicas y comercios cerraron sus puertas.
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Locales comerciales e instituciones públicas están cerradas en el Cantón.( )
Las calles de Esmeraldas están desiertas. Únicamente efectivos policiales y militares recorren las avenidas, mientras los ciudadanos optaron por resguardarse en sus viviendas tras los actos violentos registrados este martes 25 de julio.
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El ministro del Interior, Juan Zapata, dispuso que grupos especiales de la Policía Nacional se trasladen a Esmeraldas para reforzar la seguridad, locales comerciales decidieron cerrar sus puertas ante amenazas de asaltos, saqueos y otros hechos violentos.
Luego, tras la balacera ocurrida en los exteriores de una escuela, la Presidencia de la República decidió suspender las clases presenciales en el cantón Esmeraldas para los planteles fiscales, fiscomisionales, particulares y municipales. La Gobernación dispuso que cesen las actividades de instituciones públicas, y Consejo de la Judicatura anunció teletrabajo para su personal en toda la provincia, hasta el 31 de julio del año en curso.
El terminal terrestre suspendió todos los viajes y está cerrado, mientras que las actividades por la Emancipación de Esmeraldas, previstas para el 5 de agosto, fueron suspendidas, según informó la Alcaldía en un comunicado.
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Pero el silencio en las calles no significa que los ciudadanos hayan abandonado la ciudad. Amarilis Palma, esmeraldeña y funcionaria del Distrito de salud Esmeraldas-Río Verde, explicó que eso ocurre únicamente cuando los habitantes reciben amenazas personales o de pago de vacunas. “Desaparecen, dejan botada la casa y se van”, dijo.
No obstante, esta situación deja por los suelos las posibilidades de una reactivación económica y turística en la provincia. Jorge Benítez, presidente de la Cámara de Turismo, comentó que aunque cuentan con las instalaciones, personal e insumos para recibir a los turistas, estos hechos “los ahuyentan”.
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