Videos y audios sirvieron como evidencias para sentenciar a tres personas por la muerte de Don Naza

La Fiscalía informó que Jonathan P. y Jefferson M. fueron sentenciados como autores directos del secuestro extorsivo con resultado de muerte de Miguel Ángel Nazareno, alias Don Naza.

El primero recibió una pena privativa de la libertad de 26 años, mientras que el segundo, fue condenado a 5 años, 2 meses y 12 días, debido a que se acogió a una cooperación eficaz. José M., tercer procesado, fue sancionado –como cómplice– a una pena de 8 años con 11 meses.

Con la práctica de pruebas testimoniales, periciales y documentales, el agente fiscal del caso probó, ante un Tribunal de Garantías Penales, que los tres procesados participaron en la planificación y ejecución de acciones que derivaron en el secuestro y posterior muerte de quien, presuntamente, lideraba la red de captación ilegal de dinero conocida como Big Money.

La intención de los acusados era pedir una alta suma de dinero a cambio de su liberación.

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Los hechos por los que fueron condenados se remontan al 12 de abril de 2022, fecha en que Nazareno viajó hasta Latacunga, capital de la provincia del Cotopaxi, acompañado de cuatro personas más.

Aunque la intención de los secuestradores era capturar a la víctima en esa ciudad, la concurrencia de gente impidió que el delito se consume, en ese sitio.

Al no materializar el secuestro, los criminales insistieron en su objetivo y, en horas de la noche, José M. y otro hombre más –hoy prófugo de la justicia– se hospedaron en el mismo hotel que ocupaba Nazareno y sus acompañantes.

Desde este lugar salía toda la información que recibía Jonathan P. y Jefferson M., quienes estaban alojados en otro hotel cercano al que alquiló la víctima.

El 13 de abril de 2022, Miguel Ángel Nazareno y sus cuatro acompañantes retornaron a Quito. El secuestro se produjo en la avenida Simón Bolívar, a la altura del sector El Troje.

Ahí, el vehículo en el que viajaba la víctima fue interceptado por otro automotor del que descendieron hombres encapuchados que forcejearon con Nazareno. Él recibió un impacto de un proyectil de arma de fuego en su pierna izquierda.

Los criminales lo llevaron en un vehículo gris, con vidrios polarizados y sin placas. Esto fue presenciado por varios testigos que llamaron al ECU-911, para alertar sobre el secuestro.

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Según el fiscal que manejó el caso, una vez concretado el secuestro, la víctima fue trasladada al sector de Cutuglagua, extremo sur de Quito, a una casa de seguridad que, de acuerdo a informes de la Dirección General de Inteligencia de la Policía Nacional, le pertenecía a la organización delictiva conocida como “Los Lobos”.

Miguel Ángel N. falleció en ese inmueble a causa de una hemorragia aguda por falta de atención médica. Su cadáver fue encontrado la mañana del 14 de abril, en un camino de tercer orden, en la parroquia de Amaguaña, al suroriente de Quito.

Estos hechos se probaron, principalmente, con pericias de audio, grabaciones y afines practicadas a los videos de las cámaras de seguridad situadas en el centro de Latacunga, que captaron a Miguel Ángel Nazareno siendo vigilado por los secuestradores.

Asimismo, se periciaron videos de las grabaciones de los hoteles donde se hospedaron los procesados. Además de conversaciones que mantenía Jonathan P. con su compañera sentimental, a quien le informaba detalles sobre el secuestro.

Con estas y otras pruebas más, el Tribunal, a más de la pena privativa de la libertad, dispuso el pago de una reparación integral de 20.000 dólares a favor de la familia de la víctima, dinero que deberán cancelar de la siguiente manera: 8.000 dólares los autores directos y 4.000 dólares el cómplice.

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