21 oct 2024 , 20:20

Quito: los casos de sicariato tienen en zozobra a la gente del barrio Jaime Roldós

El último hecho ocurrió el último fin de semana cuando un futbolista de la Liga San José de Cangahua fue asesinado a tiros. Los moradores del sector se sienten abandonados por la Policía Nacional.

   

Los vecinos escucharon que los disparos provenían del estadio de la Liga San José de Cangahua en el ingreso a la Roldós. Se trata de un populoso barrio, de aproximadamente 30 mil habitantes, ubicado en el noroccidente de Quito, y que en los últimos meses se ha caracterizado por ser el escenario de cuatro muertes violentas.

Ahora, la gente vive en medio de incertidumbre y zozobra. No encuentra soluciones frente al problema de la inseguridad y afirma que se siente abandonada por la Policía Nacional y las autoridades.

En el momento del ataque armado, los propietarios de los negocios cerraron las puertas y otros moradores corrieron a refugiarse en sus viviendas. Quienes se encontraban en el escenario deportivo apenas observaron que un individuo abrió fuego contra un joven futbolista. Nadie reconoció al sicario porque llevaba puesto un casco de motociclista.

"Vivimos con pánico y miedo. Siempre pensamos que en cualquier momento seremos víctimas de estos delincuentes que destruyen nuestro trabajo y negocios", contó un hombre a Ecuavisa.com. "Pasamos atemorizados al interior de nuestras casas sin poder salir como antes en horas de la noche".

Le puede interesar: Secuestros exprés, muertes, 'vacunas', balaceras, asaltos, ¿cómo opera la delincuencia en Quito?

Los negocios de la calle N85 cerrados tras el ataque armado en el estadio.
Los negocios de la calle N85 cerrados tras el ataque armado en el estadio. ( )

Antes, los negocios permanecían abiertos hasta las 21:00 o 22:00. Ahora, laboran hasta las 18:00 como máximo. La gente se queja de que hay falta de patrullajes de la Policía Nacional. Tampoco hay apoyo de las Fuerzas Armadas. "No tenemos confianza y seguridad". La calle principal del vecindario es la N85 y ha sido identificada como el punto neurálgico en donde se han dado una serie de ataques armados en el transcurso de este 2024.

Uno ocurrió la noche del 16 de octubre de 2024, sicarios dispararon al interior de una farmacia y mataron a una cajera. Los policías cercaron la zona y emprendieron la búsqueda de los autores del crimen, pero no obtuvieron resultados. Casi un mes antes, el 20 de septiembre, cinco personas murieron tras recibir varios disparos al interior de una peluquería.

De igual forma, a mediados de agosto, un hombre de 35 años fue asesinado y lo encontraron botado sobre la acera de la calle N85. Al realizarle un examen visual externo, el fallecido presentaba varias heridas causadas por arma de fuego. La Dinased logró apresar a dos dospechosos. Uno de ellos estaría vinculado a la GDO los Gánsters, dedicados a la extorsión, indicó la Policía. Dentro de un inmueble se incautó la motocicleta en la que presuntamente se habían movilizado al momento de cometer el ataque.

Le puede interesar: Un hombre murió tras recibir siete tiros en Solanda, al sur de Quito

Estos incidentes han alterado la calma de la gente. Cuestionan que la Policía Nacional solo aparece cuando se registran muertes violentas para hacer peritajes y levantar los cadáveres. De ahí en adelante, los patrullajes son escasos. "Estamos totalmente abandonados. Sabemos que al barrio lo han declarado zona roja y súper peligroso, pero las fuerzas del orden no han hecho nada".

Una dirigente barrial entrevistada por Ecuavisa.com coincide en que su sector ha sido olvidado y otros 23 barrios aledaños. A su criterio, lo primordial ahora es que con el Gobierno se organicen mesas de trabajo para buscar estrategias de seguridad porque la Policía Nacional no brinda garantías.

Por el momento, lo único que le queda a la comunidad es organizarse por su cuenta para adquirir cámaras o sistemas de alarmas para los locales comerciales. Si se registra un hecho delictivo, "salimos el populacho para hacer justicia porque no tenemos ayuda". De igual forma, los dueños de los negocios sufren de extorsiones y en algunos casos les piden hasta USD 5000.

Le puede interesar: Al menos cinco muertos y un herido por una balacera en La Roldós, noroccidente de Quito

La Policía montó un operativo tras el ataque armado en una farmacia del barrio Roldós, el 16 de octubre.
La Policía montó un operativo tras el ataque armado en una farmacia del barrio Roldós, el 16 de octubre. ( )

Otra moradora coincide en que no hay paz. Antes el comercio era dinámico en la calle N85 y eso se acabó. Muchas veces, en horas de la madrugada, se escuchan las balaceras. Pidió a las autoridades que militaricen la zona.

"Nos hemos convertido en un Durán prácticamente, en Quito".
Vecina del barrio Jaime Roldós

A su criterio, las fuerzas del orden están atemorizadas. Lo más preocupante es que la violencia continuará profundizándose y nadie propone soluciones. "No podemos permitir que por pelea de territorios para la droga se apoderen de esta zona de la capital". En la actualidad -acota la mujer- no se puede hacer una marcha de protesta porque la gente puede ser identificada por los criminales y se podrían dar represalias.

"Aquí, escuchamos el ruido de una moto y queremos salir corriendo, peor si vemos que en esta se movilizan dos personas sin cascos. Sentimos pánico".

Moradora

Noticias
Recomendadas