Las jaurías de perros ferales pueden estar conformadas por grupos de 20 a 30 canes.
Habitantes de 21 comunidades rurales en Cotopaxi están consternados. Es que desde hace varios días sus rebaños de ovejas han aparecido sin vida. Por su parte, la Gobernación de Cotopaxi informó que cerca de 1.200 mamíferos han muerto en las últimas semanas.
Ante el hecho, las autoridades buscan verificar si el ataque fue provocado por perros ferales. Pero ¿qué son este tipo de canes? y ¿es posible que hayan atacado a las ovejas de Cotopaxi?
Eliana Molineros, doctora veterinaria y directora del Proyecto Sacha, explica que los perros ferales son caninos que tuvieron casa en algún momento, pero que fueron abandonados "han aprendido a sobrevivir en el bosque o en sectores hostiles fuera del contacto humano. Se vuelven salvajes".
Pese a que los informes de necropsia, dice Molineros, no son públicos para determinar la especie responsable de la muerte de las ovejas "si es posible que los perros ferales realicen estas matanzas en jaurías", expresa. Y añade que las jaurías pueden estar conformadas por grupos de hasta 20 a 30 perros.
FALTA DE DATOS
Sin embargo, el suceso de las ovejas muertas, destaca Molineros, revela otra problemática en Ecuador. Si bien, en el país no existen índices que detallen si existe sobrepoblación, tampoco "hay acciones efectivas para contrarrestar la reproducción de la fauna urbana. Tenemos presencia de perros ferales en todo el país tanto en bosque protectores en Guayaquil como en el Páramo Andino y en la Amazonía", destaca Molineros.
POSIBLE MALTRATO ANIMAL
La doctora anticipa que este tipo de sucesos provocará más violencia y posible maltrato animal. De hecho, los pobladores en Cachi Alto, zona perteneciente a Pujilí, ya intentan cazar al animal responsable de la muerte de sus rebaños.
"Las poblaciones van a querer hacer justicia por mano propia y empezarán a matar a cuanto animal que pudiese ser el culpable". Aunque reconoce que "la solución a los perros ferales es la eutanasia", las autoridades tienen mucho trabajo por hacer.
Entre las acciones, según Molineros, urge educar a la ciudadanía para que no abandonen a sus animales, impulsar campañas de esterilización anuales, y realizar un censo nacional para determinar cuántos animales de compañía existen para llevar un control de la población.
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