Kenny Pinto | Una extorsión, el motivo por el que secuestraron y descuartizaron a un ingeniero en Guayaquil
"Que alguien pague, que alguien envíe dinero o me voy a morir, por favor", pedía la víctima en una grabación.
La familia de Kenny Pinto Castillo, un ingeniero civil que tenía 27 años y trabajaba como fiscalizador de una obra en Flor de Bastión, en el noroeste de Guayaquil, no halla consuelo.
Luego de enterarse que el joven fue secuestrado, conocieron que había sido asesinado, que su cuerpo fue descuartizado, que los restos fueron colocados en la cajuela de un auto y que ese carro fue quemado.
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Adicionalmente, los familiares aún no pueden despedir a su ser querido porque no les han entregado las partes anatómicas. Eso ocurriría, según el abogado Héctor Vanegas, quien defiende a los deudos de Pinto, en 45 días aproximadamente.
La tarde del jueves 22 de febrero aparecieron los cadáveres desmembrados de dos hombres en la cooperativa Balerio Estacio, también en el noroeste de Guayaquil. Eran varias partes humanas.
Policías, agentes del Laboratorio de Criminalística y bomberos acudieron a atender la alerta, pues inicialmente se trataba de un carro incinerado. Tras apagar las llamas y abrir el maletero, descubrieron la macabra escena.
El sábado 24, un policía les dijo a los familiares que una de las dos víctimas halladas en el vehículo era Kenny Pinto. Asimismo, desde el Laboratorio de Criminalística y Ciencias Forenses se informó que existía un 75 % de probabilidades de que los restos pertenezcan al joven ingeniero, sin embargo, aún los especialistas no pueden confirmar completamente la identidad de la víctima ya que deben practicarse más exámenes a los restos humanos.
De acuerdo al Cuerpo de Ingenieros Civiles del Guayas, la otra víctima es Javier Eduardo Morán Salvatierra, otro ingeniero civil. Sin embargo, la información sobre él es muy escasa y las autoridades no han ratificado su identidad.
Víctimas de extorsión
El caso trascendió aún más el pasado fin de semana luego que los familiares dieron detalles de lo sucedido a partir del miércoles 21 de febrero, el día que fueron secuestrados los dos hombres.
Los allegados relataron que recibieron llamadas, mensajes y grabaciones que les alertaban de que Kenny había sido raptado y que debían transferir 50.000 dólares para liberarlo. En uno de los audios enviados por la víctima se escucha: "Que alguien pague, que alguien envíe dinero o me voy a morir, por favor".
Según la denuncia presentada ante la Fiscalía General del Estado (FGE), un hombre identificado como "Ricardo" iba a ser el intermediario entre los extorsionadores y la familia de la víctima.
En la misma denuncia se señala que una hora antes del secuestro de Pinto, Morán había sido raptado.
El documento indica también que Pinto trabajaba para la empresa Digeconsa S.A., fiscalizadora de la obra, y Morán laboraba para Licosa S.A., encargada de realizar la obra contratada por el Municipio de Guayaquil.
El 21 de febrero Licosa S.A. informó a la Alcaldía que un trabajador de ellos había sido secuestrado y que otro grupo de colaboradores había sido asaltado.
Ecuavisa.com consultó al Municipio con respecto a este caso. No existía pronunciamiento.
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"Conocían de las extorsiones"
Finalmente, la familia de Pinto lamenta que la empresa donde trabajaba el joven no les notificó sobre el secuestro. Aseguran que la compañía conocía que sus trabajadores eran amenazados por los denominados vacunadores.
De su lado, el Cuerpo de Ingenieros Civiles del Guayas expresó su "consternación, dolor e indignación" por los asesinatos de sus colegas.
"Instamos y exigimos a las autoridades competentes a investigar estos horrendos crímenes y que se identifiquen a los autores", puntualizó ese organismo.
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