Los allegados de personas desaparecidas en Ecuador, de la tercera edad, recuerdan a sus seres queridos este 30 de agosto de 2024
Este viernes 30 de agosto de 2024 se conmemora el Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas. Fue establecido en el 2010 por La Asamblea General de las Naciones Unidas (AGNU) y tiene como objetivo concienciar a la humanidad sobre el uso de la desaparición forzada como estrategia para infundir terror en los ciudadanos.
Los colectivos de desaparecidos en Ecuador lo han asumido como su fecha insigne para recordar a los seres queridos que no han vuelto a casa por cualquier motivo (víctimas de la inseguridad, forzada, voluntaria, entre otras). Según datos de la Dirección Nacional de Delitos contra la Vida, Muertes Violentas, Desapariciones, Extorsión y Secuestro (Dinased) de la Policía, desde el 3 de octubre de 2013 hasta la actualidad se han registrado 94 280 personas reportadas como desaparecidas a escala nacional. De ese número, 3 718 corresponden a adultos mayores y se han resuelto 3 357 casos.
Eso quiere decir que 361 están en investigación. Uno es el de Leonor Ramírez López, quien no vuelve a su casa desde la tarde del 29 de abril de 2011, cuando salió a visitar a uno de sus hijos en el tradicional barrio de La Tola del Centro Histórico de Quito. Ese día, la mujer, quien en ese tiempo tenía 73 años, no portaba sus documentos de identidad.
Su hija, Isabel Cabrera, guarda las fotografías de su madre y todo el tiempo se pasa mirándolas para no olvidar cómo era su rostro. Lleva más de 10 años luchando por saber lo que pasó y no tiene respuestas. De forma permanente acude a la Fiscalía y Dinased para averiguar los avances de las indagaciones. Lo que más le preocupa es que su mamá tiene alzhéimer y posiblemente se olvidó cómo volver a casa. "No hay una hipótesis de que si está viva o muerta".
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También recibe asesoría del Comité de lucha contra la Violencia, desapariciones y Feminicidios (Covidefem), cuyos activistas la acompañaron, a las 13:30 hoy, en la Plaza Grande, al plantón por el Día de la Desaparición Forzada. La idea es pedir a las autoridades que no se olviden de quienes no han regresado a sus hogares y que las investigaciones se realicen con eficiencia.
Isabel trabaja en quehaceres domésticos y siempre lleva un cartel de tamaño A4 con la imagen de su mamá para mostrarlo e ir preguntando entre los peatones que van por la calle o simplemente pegarlo en algún poste, unidades de Policía Comunitaria, tiendas, paradas de buses o sitios concurridos. También utiliza una camiseta blanca con la fotografía de Leonor que se ha convertido en el emblema de su lucha. Es frecuente verla en las marchas o diferentes manifestaciones que realizan los familiares de los desaparecidos.
Afirma que las investigaciones de las autoridades no han sido eficientes. En varias ocasiones le han cambiado de agentes, lo cual ahonda su incertidumbre porque las indagaciones comienzan desde cero una y otra vez sin obtener resultados. Lo último que le indicaron es que, al parecer, su madre fue atendida en una clínica de maternidad en Guayaquil. "El doctor que le atendió dijo que sí era mi mamá porque le descubrieron las huellas dactilares y el número de cédula, pero eso es raro porque mi ella no llevaba documentos al momento de su desaparición. De hecho, yo los tengo", contó en una entrevista a Ecuavisa.com.
Al parecer, la persona que la llevó al centro asistencial luego la trasladó a una fundación. Cabrera analiza viajar al Puerto Principal para buscarla, pero tiene miedo por la inseguridad. Además, el Estado no tiene recursos para apoyar a los familiares de las víctimas. Ella atraviesa por una difícil situación económica. Labora como empleada doméstica y el salario no le alcanza para cubrir los gastos de movilización, hospedaje, comida, etc.
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"Nunca olvidaré a mi madre, siempre saldré a las marchas que organizan los colectivos de desaparecidos. Seguiré luchando"
Isabel Cabrera
Una realidad parecida vive Alba Mugmal cuando recuerda a su madre, María Petrona Tuquerres Chasiguano, quien está ausente desde el 3 de mayo de 2018. Ese día, Mugmal salió de su casa, en Conocoto, para realizar trámites en el banco y al volver no la encontró. Pasaron las horas y la desesperación comenzó a invadirla, por lo que junto a otros familiares comenzaron a buscarla e incluso se fueron a la terminal terrestre, pero jamás la encontraron.
Acudieron a la Dinased a presentar la denuncia, pero no la receptaron. Afirma que pudieron hacerlo seis días después y 60 días tuvieron que esperar para que el nombre de Petrona sea incluido en la base de datos del Ministerio de Gobierno y se genere el afiche que se difundió en redes sociales y lo impriman. "A los adultos mayores nadie se los lleva, ya va aparecer, qué él ha llevado tantos casos”, le dijo el agente policial que investigó el caso y que ella lo recuerda. Este testimonio de Mugmal reposa en los registros de la Asociación de Familiares y Amigos de Personas Desaparecidas en Ecuador (Asfadec).
Tuquerres vivía en Ibarra en donde se dedicaba a la agricultura, pero comenzó a tener síntomas de alzheimer por lo que vino a Quito para que la cuiden sus hijos. Mugmal contó que la última diligencia por el caso de su madre se realizó el pasado 8 de noviembre cuando la buscaron en centros geriátricos y todo quedó ahí. "Ahora, el agente ya ni me contesta (las llamadas telefónicas)".
Recuerda que, el día de su desaparición, su progenitora vestía un saco verde, calentador y blusa ploma. Medía 1,50 metros, contextura gruesa, cabello cano, tez trigueña, ojos de color café obscuro. Para hoy, Mugmal y su familia también estarán en el plantón que se realizará en la Plaza de la Independencia. Afirma que no descansará hasta saber lo que pasó el 3 de mayo de 2018.
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"Por ser adulta mayor, las autoridades no dieron importancia a la denuncia que presentamos. No hicieron las cosas con diligencia".
Alba Mugmal
Las desapariciones de personas de la tercera edad también se abordan en el libro 'Edad Dorada, edad olvidada: la desaparición de personas adultas mayores', publicado por Evelyn Gabriela Calvopiña, lngrid García Minda, Valeria Larco Muñoz y Miguel Ángel Pérez.
El texto señala que esta es una problemática de América Latina y Ecuador. La falta de mecanismos específicos dirigidos a prevenir, atender y solventar los casos de desaparición de este sector vulnerable se ha traducido en la reincidencia de las causales que llevan a la desaparición de los integrantes de este grupo etario.
Para Carolina Velarde, vocera de Covidefem, las desapariciones de adultos mayores son escasas en el país, pero son las que menos se investigan por la edad de las víctimas. "Hay una respuesta cruel por parte de las instituciones porque afirman que no es una necesidad de buscar a estas personas porque ya cumplieron un ciclo de vida".
La presidenta de Asfadec, Lidia Rueda, señala que la discriminación es total, pero los dirigentes de su agrupación presionan para que los casos no sean archivados. Cita el artículo número 35 de la Constitución de la República, el cual indica que las personas de la tercera edad son prioridad como grupos vulnerables y, por eso, las indagaciones deben realizarse con mayor prestancia por parte de la Fiscalía General o Dinased.
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El trabajo de la Dinased
En la Dinased se indica que, desde su creación en octubre de 2013, la Unidad de Investigación de Personas Desaparecidas es clave en los casos de desaparición involuntaria y ha enfrentado una serie de desafíos para dar tranquilidad a los familiares y combatir este problema.
Uno de los mayores desafíos es la complejidad inherente a los de desaparición involuntaria. Estos casos suelen estar influenciados por diversos factores y circunstancias como conflictos familiares, problemas sentimentales, dificultades económicas. En la mayoría de los casos, la desaparición es voluntaria y en algunos de los casos las personas no quieren ser localizadas.
También existen, en menor medida, los eventos que se relacionan a la delincuencia. La combinación de estos factores hace que cada denuncia sea única y requiera una atención personal y cuidadosa. "Sin embargo, a pesar de estos desafíos, la Dinased y los investigadores siguen trabajando".
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📌 El pasado domingo 25 de agosto, https://t.co/bm7Vbhvj0n publicó la travesía de Emerson, un migrante ecuatoriano, de 37 años, que en este momento se traslada a EE.UU. Continúa la travesía ▶️ https://t.co/l9imKDUBhI pic.twitter.com/PHmh92UnVO
— Ecuavisa Noticias (@EcuavisaInforma) August 28, 2024
La entidad reitera que, desde 2013 hasta la actualidad, se han reportado 3 718 casos de adultos mayores desaparecidos y se han resuelto 3 357 casos. Es decir, 361 están en investigación.
Se debe mencionar que los casos que se encuentran en investigación presentan diversas problemáticas que dificultan la localización. Conforme lo determina el Código Orgánico Integral Penal (COIP), estos eventos no dejan de investigarse hasta que se localice a la persona o haya certeza de lo que sucedió. Por este motivo, dentro de los casos que se mantienen en investigación figuran las siguientes características:
Adicionalmente, existe la problemática de la reincidencia en la desaparición. Se tiene registro de personas que han sido reportadas como desaparecidas hasta por diez ocasiones en diferentes periodos.
En todos los casos se realizan múltiples diligencias investigativas. Cada caso es tratado con la máxima seriedad y compromiso, utilizando todos los recursos disponibles para esclarecer los hechos y proporcionar respuestas a quienes sufren la incertidumbre de no saber el paradero de sus seres queridos.
La entidad recalca que los investigadores reciben periódicamente una formación constante para mejorar sus métodos de investigación, así como la empatía que se requiere en cada caso. "Esta formación les permite no sólo mejorar sus habilidades y conocimientos, sino que también crea una especial sensibilidad hacia los parientes de los desaparecidos, quienes entienden la importancia de brindarles apoyo emocional y mantener una comunicación efectiva y respetuosa durante toda la investigación", concluye Dinased.
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