Ecuador militariza sus cárceles, tras la muerte de 118 presos

Un día después de que se haya declarado el estado de excepción en todas las cárceles del país, Ecuavisa constató que se ha reforzado la seguridad en los recintos penitenciarios de Azuay, Cotopaxi, Pichincha, Sucumbíos, Pastaza y El Oro.

El ingreso a las prisiones ubicadas en estas provincias se militarizó mientras la policía vigila las áreas internas de las cárceles con el fin de evitar amotinamientos y enfrentamientos entre reclusos.

La medida de prevención ocurre dos días después de la peor masacre en el sistema penitenciario ecuatoriano. Aunque ayer el presidente Guillermo Lasso señaló que 116 reos habían sido asesinados en la Penitenciaría del Litoral, este jueves el Servicio Nacional de Medicina Legal indicó que han recibido 118 cadáveres, de los cuales solo 24 habían sido identificados.

En la cárcel de Turi, en Cuenca, se incrementó el número de uniformados. Los controles se extendieron a las vías cercanas a esta prisión. Los agentes revisaban los vehículos en busca de armas, municiones y explosivos.

"Por el momento no tenemos ninguna novedad. Está todo con tranquilidad", dijo uno de los militares que participaba del operativo.

Sin embargo, el alcalde de Cuenca, Pedro Palacios, expresó su preocupación de que luego de la masacre en la cárcel de Guayaquil se intente trasladar a varios reos hacia la capital azuaya.

En Latacunga, en cambio, todas las personas que intentan entrar al Centro de Privación de Libertad Cotopaxi N. 1 deben pasar por los filtros de las Fuerzas Armadas. Civiles, personal administrativo y policías deben ser revisados por los uniformados. Son 120 militares en el primer filtro de seguridad.

Las operaciones también se reforzaron en otras cárceles como la de Sucumbíos o la de El Inca (Quito). En esta última se observó más presencia policial, pero sin militares.