Semana Santa: estos son los personajes de la procesión Jesús del Gran Poder

Las calles y plazas del Centro Histórico de Quito serán el escenario en donde se realizará la procesión de Jesús del Gran Poder, uno de los eventos religiosos más importantes del año. ¿A qué se debe esta tradición? ¿Cuáles fueron sus inicios? Era 1961 cuando el sacerdote Francisco Fernández, quien pertenecía a la orden franciscana, buscaba una imagen para que Quito la idolatre, una imagen que conectara con la fe de los quiteños.

Intentó con la Virgen de Fátima, pero no funcionó, no convenció a la gente. Probó con la Virgen de Lourdes, pero tampoco. Mientras pensaba en una tercera opción, observó que en la sacristía de la iglesia San Francisco de Quito reposaba, abandonada, una escultura de Jesús de Nazaret. Fue diseñada en el siglo XVII -con palo de balsa- por un padre del que sólo se conoce su nombre: Carlos.

Así entendió que sacaría esa escultura a las calles para ganar adeptos, pero con una variación en el nombre. En adelante llamaría a ese retrato “Jesús del Gran Poder” (en honor al pasaje bíblico -Mateo 28:18- en el que Jesús dice: “Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra”).

La imagen impactó porque hubo una fuerte promoció.n Iba a lavanderías públicas y a mercados para enseñarla al pueblo. Luego, la devoción creció a una escala tal que los feligreses le hacen pedidos a la escultura religiosa en la actualidad.

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Los cucuruchos son los principales personajes de la peregrinación. Caminan descalzos y cubiertos por un traje morado que los mantiene en el anonimato. Lo hacen dispuestos a expurgar sus pecados.

Algunos llevan cadenas en los pies y cargan cruces de madera para mostrar su arrepentimiento y su voluntad de cambio.

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También visten de morado o negro y se cubren su rostro con un velo. Enmarcan la representación de la mujer que lloraba mientras Jesús era llevado a su crucifixión. Se la presenta como una persona valerosa que se abrió paso para limpiar el sudor y la sangre del rostro de Jesús.

Van detrás de Cristo con látigos. Representan a los torturadores del Maestro. Son repudiados por los asistentes.

Fue fue la mujer que siempre acompñó a Jesucristo antes, durante, y después de la crucifixión. Se trata de la primera que lo vio tras la Resurrección y quién avisó a los apóstoles.

Son los que más llaman la atención porque desfilan semidesnudos cargando una viga y vistiendo un ropaje hecho con hojas de sigse. Impactan porque reflejan dolor en sus cuerpos. Algunos traen alambres de púas sobre sus tórax o sus espaldas están irritadas por ortigas o latigazos.

Se trata de penitentes, vestidos con prendas blancas, que representan a las personas que ayudaron a José de Arimatea a bajar el cuerpo de Cristo de la cruz. Cargan el cofre donde reposa Jesucristo crucificado.

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