La intervención se realizará en diez espacios que presentan niveles altos de deterioro para estabilizar sus materiales constructivos y preservar sus valores de autenticidad
Los profesionales del Instituto Metropolitana de Patrimonio (IMP) trabajan en la colocación de injertos de piedra, retiro de enlucidos de cemento, reposiciones en tallado y limpieza de las fachadas de piedra de edificaciones religiosas del Centro Histórico de Quito.
En la iglesia de San Agustín, en las calles Chile y Guayaquil, las esculturas de las hornacinas laterales corresponden a una técnica artística de barro cocido del siglo XX. Estas son modeladas y cocidas en horno, tienen una altura de 1,40 o 1,50 metros.
Varias de estas esculturas tienen restos de policromías, de encarnes en el rostro. En el templete de la Catedral hay técnicas de dorados, pinturas sobre las piedras. En el Carmen Alto, la parte alta de la fachada está conformada por ladrillo, cal y arena modelada que dan un aspecto decorativo con escudos y volutas o adornos en forma de espiral en las cornisas.
Existe evidencia de que las fachadas en alguna época fueron pintadas y decoradas tenían estos elementos como el oro, la policromía, el marmoleado, esto indica que llegaban nuevos estilos y se retiraba esa pintura. La Compañía de Jesús tuvo un revestimiento y fue pintada por completo, no tenía la piedra expuesta, era un soporte que recibía técnicas decorativas.
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— Instituto Metropolitano de Patrimonio (IMP) (@PatrimonioQuito) February 23, 2024
En la fachada de Santa Clara se observa restos de pintura rojiza, de color terracota, en todos sus elementos de piedra. “Identificamos que debajo de lo que se tiene como técnica de simulación de piedra (un alto relieve trabajado con ladrillo y morteros de cal), se ve un color terracota por completo y esto guarda relación con el recubrimiento de su cúpula, en sus terrazas, porque allí se expone ladrillo pastelero en los cupulines; en esta iglesia se usó este color con la intencionalidad de dar unidad cromática en cada uno de los elementos decorativos”, dijo Santiago Chiriboga, restaurador del IMP.
La intervención se realizará en diez espacios que presentan niveles altos de deterioro para estabilizar sus materiales constructivos y preservar sus valores de autenticidad. Además, se precautela la integridad física de puertas, ventanas, rejas, con la aplicación de tratamientos técnicos y mantenimiento preventivo a aquellas fachadas que presentan patologías menores, debido a que ya fueron intervenidas anteriormente. Las labores empezaron en octubre del 2023, y concluirán a mediados de este año.
Las labores de restauración permiten eliminar los daños ocasionados por factores atmosféricos y biológicos, como humedad por lluvia, incidencia solar, excrementos de palomas que provocan manchas ácidas y forman una capa sobre la piedra.
La obra tiene una inversión que bordea los USD 300 mil. Los trabajos en el Arco de la Reina, Santa Clara, capilla San Juan de Dios y San Agustín ya concluyeron. Actualmente se trabaja en la Catedral Metropolitana y San Francisco en mantenimiento y conservación, posteriormente se extenderán a Carmen Alto y otras edificaciones.
La fachada de San Francisco tuvo, en algunos lugares, recubrimiento de ‘pan de oro’, eso se demuestra por la coloración rojiza de algunos espacios; lo que se ha vuelto visible luego de la limpieza que se realiza, esto es en elementos decorativos como ménsulas, querubines, los sellos franciscanos, etc. Este material que se evidencia, actualmente, de color terracota es un material que permite la adherencia del pan de oro.
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