El ADN del canelazo y su tradición en las Fiestas de Quito

Las Fiestas de Quito no saben igual sin el tradicional canelazo en diciembre. Esta bebida ha acompañado a los capitalinos durante décadas en cada plaza, parque o calle en donde se celebran los 488 años de fundación de la Carita de Dios.

Historiadores señalan que es una bebida tradicional de la Sierra, que surgió aproximadamente en la época colonial entre la gente estratos socioeconómicos bajos y medios. Su principal característica es su sencillez para prepararlo con diferentes ingredientes como la naranjilla, canela, panela, anís estrellado y aguardiente.

Se mezclan la canela, el anís estrellado, la panela y la pimienta dulce en una olla con agua caliente. Eso se hierve a fuego lento y se guarda el líquido. Luego se pela y corta la naranjilla en trozos pequeños y se la calienta con la anterior mezcla.

Hay que licuar las naranjillas, cernir el jugo y agregar el líquido. Después escarchar una copa con azúcar morena, servir el canelazo caliente y agregar una onza de aguardiente.

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¿Cómo se la consume? Un buen quiteño sabe que debe ser caliente y se la toma soplando con pequeños sorbos. La gente considera que el canelazo es la bebida que representa en sí misma la esencia de las Fiestas de Quito, pues se combina con el baile, la algarabía, la broma y el juego.

Inicialmente, en la década del 60 cuando las festividades se convirtieron en lo que son actualmente, el canelazo se obsequiaba en los bailes para los vecinos. A partir de los años 70 se comenzó a comercializar y ahora hay de diferentes precios. Una botella pequeña puede ser adquirida en un dólares y el valor sube conforme al tamaño del envase.

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