Aluvión en La Comuna y La Gasca: "Fue triste ver que una niña y su abuelita murieron en medio de los escombros"

"Una verdadera tragedia, una tragedia de verdad. Así es como vivimos lo ocurrido ese día, el 31 de enero del 2022, cuando un aluvión se llevó todo a su paso en La Comuna y La Gasca, incluso las vidas de los vecinos que estaban en la cancha de ecuavoley.

Al día siguiente la tragedia, un vecino buscaba desesperadamente a su abuela y hermana, quienes quedaron atrapadas en una vivienda. Llegaron los equipos de rescate para iniciar la búsqueda. Dolió mucho escucharlo y verlo llorar, preguntando por ellas.

Hoy regresamos al mismo lugar y las familias de las víctimas decidieron mudarse de la zona. Los vecinos nos confirmaron que la abuelita y la nieta fallecieron. Sus cadáveres fueron localizados un día después entre los escombros. Ahora, a un año de esta tragedia, el panorama ha cambiado, pero el recuerdo y dolor que pasó no ha cambiado, sigue intacto.

Entrevisté a María Ganchala, quien asegura que las heridas emocionales siguen intactas. En medio del dolor, ella recordó cómo una ola de lodo y escombros se llevó a la menor de sus hijas. Recordó que la chica estaba afuera de la casa y alcanzó a escucharla cuando gritó. Abrió la puerta observó cómo una columna le impactó en la espalda y se la llevó la corriente. Ganchala también fue arrastrada por el aluvión unas ocho cuadras hasta llegar a un supermercado ubicado atrás del Seminario Mayor.

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El dolor de María es indescriptible. Hoy sigue viviendo en el mismo edificio en donde ocurrió todo. Incluso donde quedaron vehículos sepultados y se recuperaron cuerpos que quedaron atrapados en medio de la gran cantidad de agua y lodo.

Ahora recorremos el lugar. Algunas labores de reconstrucción continúan. Otras están a medias, entre ellas, un gran terreno donde al menos cuatro cuerpos fueron hallados. Allí, familiares buscaban a los suyos, como el vecino Cristian a su hermano.

Pero también, en medio de tantas pérdidas humanas, contamos las nuevas oportunidades de vida que se dieron, como la de Steven Pazmiño, un joven, cuyo padre, en medio de llantos, nos dijo que su hijo volvió a nacer.

Un año no es suficiente para olvidar el impacto de la naturaleza que, de forma imprevista, marcó la vida de cientos de quiteños... Pero también de quienes fuimos parte de días donde la unión hizo la fuerza para levantarnos entre todos”.

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