02 oct 2015 , 08:19

¿Quién pelea contra quién en la guerra en Siria?

   

Desde 2011, el conflicto sirio deja más de 200.000 muertos y 4 millones de desplazados.

Desde que estalló la violencia en Siria en marzo de 2011, la guerra ha ido escalando hasta convertirse en un complejo "todos contra todos" de gobierno, rebeldes, islamistas y potencias extranjeras que no hace sino complicarse con la aparición de la aviación rusa.

 

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Más de 200.000 personas han muerto y, siempre según cálculos de la ONU, hay hasta 4 millones de desplazados: miles de ellos, los protagonistas de la reciente crisis de los refugiados en Europa.

 

Las tropas de Bashar al Asad luchan contra unos mil grupos rebeldes que se calcula cuentan con 100.000 combatientes.

Algunos, de claro corte islamista y con vínculos con Al Qaeda.

 

En escena, desde principios de 2014, entró el autodenominado Estado Islámico, enfrentado tanto al gobierno como a los rebeldes, sean yihadistas y moderados.

 

 

 

Luego están Estados Unidos y sus aliados occidentales, y además, más o menos implicados: Irán, Turquía y varios países del Golfo Pérsico.

 

Y ahora Rusia, que esta semana comenzó una campaña de bombardeos, según el Kremlin, contra posiciones de Estado Islámico.

 

BBC Mundo le explica quién es quién y de qué lado están cada uno de los actores internacionales.

 

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Estados Unidos

 

Se opone a: Bashar al Asad y Estado Islámico.

 

Apoya a: grupos rebeldes considerados moderados y a los kurdos.

 

En septiembre de 2014, el presidente Barack Obama dio un discurso en el que anunció su intención de "degradar y en última instancia destruir" a EI.

 

Rusia tomó por sorpresa a EE.UU. con su intervención en Siria.

 

Así empezó una campaña aérea en Irak y Siria en la que contó con el apoyo de Canadá, Francia, Reino Unido y varios países árabes.

 

En una reciente cumbre sobre terrorismo celebrada en EE.UU., Obama insistió en que para poder derrotar a EI es imprescindible la salida de Al Asad.

 

Para Obama, es necesario "un nuevo líder y un gobierno inclusivo que una al pueblo sirio en la lucha contra grupos terroristas".

 

Rusia

 

Se opone a: Estado Islámico y otros rebeldes.

 

Apoya a: Al Asad.

 

El Kremlin ha sido un consistente aliado del régimen de Al Asad, desde antes de que empezara el conflicto.

 

Además de ser un importante comprador de sus armas, en Siria, Rusia tiene la base naval de Tartus, que aunque no es grande, es su única instalación en el mar Mediterráneo.

 

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Al Assad tiene en Rusia uno de sus más importantes aliados.

 

 

La mediación rusa fue fundamental en la resolución de la crisis de las armas químicas a finales de 2013.

 

Entonces, EE.UU. y Francia estaban discutiendo la posibilidad de iniciar una campaña de ataques con misiles contra objetivos del gobierno sirio, algo que frenó la mediación de Putin.

 

Esta semana, la aviación rusa inició una serie de ataques en territorio sirio que tomaron por sorpresa a las potencias que ya intervienen en el terreno.

 

El supuesto alto número de rusos que se han unido a las filas de EI y el temor a las consecuencias de tenerlos de vuelta a su país para realizar ataques parece uno de los detonantes de la mayor implicación rusa.

 

Y aunque los rusos insisten en que sus ataques van dirigidos contra "los mismos terroristas" que EE.UU., otros gobiernos dudan y sospechan que están atacando también a los rebeldes levantados contra Al Asad.

 

Según la Casa Blanca, los ataques rusos son "indiscriminados" y afectan de forma aleatoria a todos los que se oponen al gobierno.

 

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Irán

 

Se opone a: Estado Islámico y los insurgentes sunitas.

 

Apoya a: gobierno de Al Asad.

 

Irán, una de las potencias de la región, es también un histórico aliado del gobierno de Al Asad, al que además de suplir armas, ha proveído apoyo militar y financiero.

 

 

Creemos que los estadounidenses están cometiendo un error sobre Siria y definitivamente pagarán un precio si atacan ese país"

Ayatolá Jamenei en septiembre de 2013

EPA

 

Para Irán, la supervivencia de Al Asad es clave para poner freno a la influencia de su gran rival en la región, Arabia Saudita.

 

Pero la potencia chiita comparte con Estados Unidos y Rusia un enemigo: EI, milicia sunita que ve a los persas como herejes que deben morir.

 

Arabia Saudita

 

Se opone a: Al Asad.

 

Apoya a: rebeldes sunitas.

 

Arabia Saudita, potencia sunita y gran rival de Irán, ha sido parte desde el inicio de la coalición liderada por Estados Unidos para atacar a Estado Islámico.

 

En la reciente cumbre celebrada en Nueva York, el gobierno saudita reiteró la necesidad de sacar del poder a Al Asad.

 

El ministro de Relaciones Exteriores saudita, Adel al Jubeir, dijo que considera vigente la posibilidad de una intervención militar para sacar a Al Asad del poder.

 

Al Jubeir advirtió que, de no alcanzarse dicho acuerdo, se dispone a incrementar los envíos de armas y su apoyo a los rebeldes.

 

Adel al Jubeir dijo que no permitiría que Rusia atacara a los rebeldes contrarios a Al Assad.

 

Arabia Saudita es sin duda uno de los proveedores clave de los rebeldes, entre ellos grupos de línea dura.

 

Eso sí, Riad ha rechazado la acusación iraní de estar apoyando directamente a EI y han expresado su preocupación de que los yihadistas sirvan de inspiración para movimientos que traten de acabar con el régimen.

 

Sin embargo, multimillonarios de ese país han enviado donaciones al grupo yihadista y se calcula que unos 2.500 hombres sauditas se han incorporado a las filas de Estado Islámico.

 

A la coalición impulsada por EE.UU., también se incorporaron Bahréin, Jordania, Qatar y Emiratos Árabes Unidos, en línea muy similar a la saudita.

 

Turquía

 

Apoya: coalición impulsada por EE.UU. y rebeldes.

 

Se opone a: gobierno de Al Asad y separatistas kurdos.

 

Turquía, de mayoría sunita, es otra de las grandes potencias de la región. Su implicación en el conflicto de su vecino empezó con su apoyo para el Ejército Libre Sirio, el principal de los movimientos rebeldes.

 

El país ha acogido muchos de los más prominentes activistas de oposición. Recientemente, comenzó una campaña de ataques aéreos contra posiciones del Partido de los Trabajadores del Kurdistán.

 

Los ataques turcos, que habían sido anunciados contra Estado Islámico, pronto se vio que afectaban también a los combatientes kurdos, igualmente enemigos de los yihadistas.

 

 

No se puede obligar a los sirios a elegir entre Al Asad y Estado Islámico"

Recep Tayip Erdogan, presidente de Turquía

AFP

 

De hecho, la batalla de los kurdos contra EI, sobre todo en Irak, ha contado con el apoyo de EE.UU.

 

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Aunque las relaciones de Ankara y Damasco habían sido amistosas a lo largo de los años, al igual que las principales potencias occidentales, se fueron deteriorando desde el inicio del conflicto.

 

El definitivo punto de ruptura se produjo en junio de 2012, cuando los sirios derribaron un caza turco.

 

 

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