Verónica Abad y Gabriela Sommerfeld estarán al frente de la política internacional del nuevo Gobierno

El presidente electo, Daniel Noboa Azín, ha puesto en manos de Verónica Abad, su compañera de fórmula, y de Gabriela Sommerfeld, su futura canciller, la política internacional.

Ambas son empresarias. Sommerfeld tiene una gran trayectoria. Tiene formación en marketing y finanzas, con una especialización en administración de empresas, pero con cero experiencia en Diplomacia. Lo que, a criterio de la nueva administración, no es una desventaja.

Esas destrezas cultivadas en el sector privado son las que se necesitan y las que contribuirán con las aspiraciones económicas que tiene el nuevo Primer Mandatario: atraer inversiones, diversificar y expandir mercados. También, contar con cooperación para reducir la ola de criminalidad.

Por eso, en la agenda de Sommerfeld, la prioridad –más allá de conseguir la exención del visado Schengen para que los ecuatorianos puedan entrar a la unión europea sin ese requisito- es avanzar acuerdos comerciales, apoyando así la gestión de otros ministerios: el de Producción y Comercio exterior, a cargo de Sonsoles García.

También, convenios en materia de seguridad. Lo que le daría soporte a las tareas que deben liderar los ministerios del Interior y Defensa, para los que aún no hay titular.

Aprovechar la política extranjera es la estrategia que tiene el gobierno de Noboa para hacerle frente a la pobreza, el desempleo y el deterioro de los servicios básicos, que han derivado en una crisis de violencia y otra migratoria.

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Ese último punto es la parte que le tocó a Verónica Abad. El suyo es un enfoque más humanitario. La próxima vicepresidenta debe velar por el bienestar de los migrantes ecuatorianos: proteger sus derechos y agilizar los trámites para la reunificación familiar.

Es una misión coyuntural, tomando en cuenta que la salida ilegal de compatriotas se disparó en los dos años de gestión de Guillermo Lasso. Entre octubre de 2021 y agosto de 2023, cerca de 65 mil ecuatorianos que salieron hacia Colombia, no retornaron.

Y otros 29 mil cruzaron la selva del Darién, solo el año pasado. Incluso, un tanto diplomática, ya que se le ha pedido fortalecer los lazos con el caribe y mejorar las relaciones con las naciones africanas.

Para todo eso abad ya tiene un equipo conformado por una economista, una ingeniera empresarial y otra en gestión y desarrollo social, un experto en derecho constitucional y otro en educación especial.

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