Fernando Villavicencio se hizo periodista y político porque de adolescente fue un lector empedernido

Cuando tenía 17 años, los padres de Fernando Villavicencio abandonaron la parroquia Sevilla en Alausí, provincia del Chimborazo, para radicarse en Quito. Era el año de 1980 cuando decidieron dejar su casa y los sembríos en el campo para iniciar una nueva vida en la ciudad y "también para que mis chicos puedan estudiar la universidad", cuenta Gloria Valencia, madre del candidato a la Presidencia de la República, asesinado el pasado 9 de agosto.

Su voz se quiebra al recordar lo que pasó ese día, pero asegura que el momento de llorar ya pasó y ahora solo le quedan fuerzas para luchar, tal como lo hacía su hijo con sus denuncias de corrupción con las que ponía a temblar a los gobiernos. "Quienes lo mataron caerán tarde o temprano, pero mi familia ya se recuperó de este golpe y estamos de pie".

En su casa ubicada en el sur de Quito, Gloria recuerda que Fernando fue muy inteligente desde su niñez. Era uno de los mejores estudiantes en la Escuela Básica España, en su natal Sevilla, con calificaciones sobresalientes. Cuando tenía ocho años, estudió en el centro educativo Fernando Pons de Chunchi. De hecho, en uno de los recorridos de la campaña electoral, el aspirante al sillón de Carondelet se encontró con su profesor de primaria, Juan Shinín, quien lo recordó como un chico ejemplar. "Fue un buen alumno y por eso es un hombre éxito", le dijo.

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Ese espíritu de lucha lo forjó en Quito, hace 43 años -según sus parientes- cuando tuvo que trabajar y estudiar la secundaria en un colegio nocturno. Primero vivieron en una casa humilde de La Villaflora y, desde allí, Fernando iba caminando hacia una cevichería, en la avenida Napo, en donde laboró como ayudante de cocina. Pelaba las conchas, los pescados y demás mariscos.

Lo hacía para mantener la casa y ayudar económicamente a sus seis hermanos Patricia, Alexandra, Germán, Lorena y Marcelo, quienes son profesionales en la actualidad. Era el mayor y estaba siempre al pendiente de cómo sacarlos adelante junto a sus padres. Al mismo tiempo, Gloria laboraba en hoteles en donde aprendió varias actividades relacionadas al turismo.

Al principio, la adaptación fue muy complicada en la capital porque eran pobres, pero Villavicencio no dudo de salir adelante y estudiar su pasión, el periodismo, en la Universidad Cooperativa de Colombia. Desde su adolescencia era un lector empedernido. Sus familiares recuerdan que devoraba todo libro que llegaba a sus manos.

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En el programa Políticamente Correcto, Villavicencio confesó que en su juventud leía a León Trotski, uno de los revolucionarios de la Unión Soviética. "Me acusaban de trotskista y lo leía mucho, pero los que me decían eso pensaban que era una enfermedad porque eran los estalinistas del MPD que eran garroteros, pero ellos en su vida han topado un libro".

"Yo apasionadamente revisaba los textos de Trotski porque hay que hacerlo. También a Marx", añadió.

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Creció en las calles polvorientas de la parroquia Sevilla del cantón Alausí. Sus padres recuerdan que era un niño muy alegre y le encantaba jugar a las escondidas. "Tomaba la cáscara de un zambo tierno al que le clavaba cuatro palitos. Decía que es su chanchito y era feliz jugando con algo tan sencillo", cuenta Gloria.

"Siempre fue alguien especial, desde que nació sabíamos que iba llegar lejos en la vida", añadió. Ayudaba a sus padres con los sembríos de trigo, ordeñar vacas o cabras. Desde muy pequeño mostraba afición por leer cuentos e historias y cuando era adolescente le gustaba vestir de forma elegante. "Hay que descubrir y aprender", decía.

También le gustaba escribir y de pequeño tenía una radio a pilas en la que escuchaba los noticieros de las radios Cristal y Ondas del Pacífico. El aparato en ese tiempo era la sensación porque era difícil de conseguirlo en Sevilla de Alausí. Sus allegados consideran que en ese momento nació su pasión por el periodismo.

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El exasambleísta cuenta con una amplia trayectoria como periodista de investigación y ha denunciado varios casos de corrupción. El 25 de mayo de 2023, confirmó su precandidatura y desde el principio buscó alianzas.

"He invitado a los demás candidatos y no encuentro ninguna posibilidad de respuesta para buscar una alianza y representar a la gran mayoría de ecuatorianos para enfrentar a los gobernaron a este país y quieren volver a seguir llevándose la plata", dijo Villavicencio.

Su carrera política comenzó a forjarse como periodista y activista político cuando denunciaba casos de corrupción al interior de Petroecuador.

Estuvo en Pachakutik (PK) en 1995. De forma paralela, trabajó en la estatal petrolera ecuatoriana en donde fue sindicalista hasta 1999, pero perdió su trabajo bajo la gestión del expresidente Jamil Mahuad Witt. Continuó como activista político y, simultáneamente, ejercía el periodismo desde diversas plataformas informativas.

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Trabajó como asesor del asambleísta Cléver Jiménez Cabrera, en el periodo 2013 - 2014. Acusaron al expresidente Rafael Correa, en 2011, de supuestamente haber ordenado la incursión armada en el Hospital de la Policía, durante la revuelta del 30 de septiembre del 2010 (30-S). Su demanda fue desechada y Correa los contrademandó por injurias.

Viajó a Estados Unidos para solicitar medidas cautelares ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos y le concedieron, pero al regresar al país tuvo que esconderse porque había una orden de captura en su contra. Viajó a Sarayaku y fue perseguido.

En los comicios de 2017, trató de candidatizarse por la alianza Creo y Suma, pero el Consejo Nacional Electoral no le permitió tras la impugnación planteada por Gustavo Baroja, quien denunció que Villavicencio estaba afiliado a Pachakutik.

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Finalmente, en las elecciones de 2021 logró una curul. En varias investigaciones periodísticas trabajó junto a su amigo, Christian Zurita Ron, quien lo reemplaza como candidato a presidente por la alianza de los movimientos Construye y Gente Buena (lista 25).

De hecho, Zurita fue uno de los primeros que confirmó la muerte de Villavicencio, en su cuenta de Twitter, tras el mitin político del pasado 9 de agosto.

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