El machismo, una conducta con varios episodios en la historia del correísmo

La prefecta de Pichincha, Paola Pabón advirtió en un vídeo colgado en sus redes sociales que la violencia de género es algo que no se debe tolerar, y que ella tiene un compromiso firme para luchar contra esta problemática.

"Es hora de empezar desde casa. Necesitamos el compromiso político de todos y todas", pidió. La autoridad provincial busca que se implemente una unidad de atención que se encargue de los casos de violencia de género dentro de las organizaciones políticas.

Esta propuesta se da desde el reconocimiento de los problemas que existen al movimiento que pertenece, la Revolución Ciudadana, donde han ocurrido varios episodios machistas.

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En 2011, durante una sabatina, el entonces presidente Rafael Correa, en diálogo con Fernando Cordero, quien presidía la Asamblea Nacional, comentaba lo siguiente, en referencia al aumento en el número de legisladoras:

"Unas minifaldas Dios mío. Yo ni me fijo en esas cosas, me contaban, me contaban. Unas piernas, unas minifaldas impresionantes", expresó Correa.

En el 2013, no hubo comentarios, sino acciones. Alianza País, que en ese momento era el movimiento de gobierno, sancionó a tres de sus legisladoras por presentar una moción para despenalizar el aborto, y una de ellas era Paola Pabón.

Un mes no acudieron a la Asamblea ni dieron declaraciones públicas. Sin embargo, el asunto no quedó allí, porque el tema se seguía debatiendo en el Legislativo y dentro del movimiento había voces contrarias a la postura conservadora del gobierno.

En ese tiempo se filtró un correo electrónico que dirigía el secretario jurídico de la presidencia, Alexis Mera, al jefe de estado, y en el que hacía referencia a los temas complejos que se trataban en la asamblea alrededor del Código Orgánico Integral Penal. Allí se refería a algunas de sus compañeras legisladoras en términos ofensivos.

A esa tónica de machismo político abonaría luego la entonces segunda vicepresidenta de la asamblea y hoy prefecta del Guayas, Marcela Aguiñaga.

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Ante cuestionamientos por la subordinación legislativa a los mandatos del ejecutivo ella dijo en reacción que "si para eso nos dicen sumisas, yo creo que sería la primera en asumir ese rol".

Luego matizó su declaración señalando que era sumisa a sus principios, sumisa para defender los derechos de la mujer. Esto fue en el 2015.

Un par de años después, en medio del llamado a juicio político al entonces vicepresidente Jorge Glas, él calificó despectivamente a las legisladoras que impulsaban el proceso que terminaría con su destitución.

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"Se han hecho afirmaciones perversas por parte de un grupo de asambleístas. Le vamos a decir el grupo de las histéricas", dijo en un programa radial.