Lasso enfatiza que su gobierno no ha pactado con el crimen organizado

En medio de una ceremonia en Quito por la entrega de 14 millones de municiones a la Policía Nacional, el presidente de la República, Guillermo Lasso, enfatizó este jueves 27 de julio que su gobierno no ha pactado "con el crimen organizado".

"No hemos pactado, como pretenden aparentar, y jamás pactaremos con el crimen organizado. Nos mantenemos firmes y decididos. Los enfrentamos sin tregua", dijo el gobernante.

El mandatario se refirió así a unos videos en los que aparecen integrantes de bandas delictivas anunciando "un acuerdo de paz". En uno de esos audiovisuales se observa a un policía junto con el líder de los Choneros. En otro se visualiza al director de la cárcel de Esmeraldas junto a presuntos miembros de los Tiguerones.

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El director del Servicio Nacional de Atención Integral a Privados de Libertad (SNAI), Guillermo Rodríguez, también se pronunció sobre esos videos. Recalcó que "ningún funcionario del SNAI está autorizado para hacer algún acercamiento".

Por otra parte, lasso resaltó que su administración ha tomado varias medidas para enfrentar el auge de la violencia y el crimen organizado, como declarar a sus acciones como terroristas, emitir el Reglamento de la Ley del Uso Legítimo de la Fuerza y permitir que Policía y Fuerzas Armadas usen las armas incautadas.

En ese sentido, el mandatario volvió a señalar al sistema judicial, porque "si los casos de asesinatos no se resuelven y los asesinos son liberados a las pocas horas de ser detenidos, todos los esfuerzos que hagan policías y militares serán en vano".

"La impunidad es un mensaje perverso para la sociedad", apostilló el presidente, quien también señaló que el asesinato del alcalde de Manta, Agustín Intriago, ha supuesto un antes y un después para el país.

La Policía Nacional se reabasteció este jueves de municiones con un lote de 14 millones de balas en medio de la crisis de seguridad que atraviesa el país, tras el reciente asesinato del alcalde de Manta y una nueva masacre carcelaria.

Durante la entrega de la munición, el ministro del Interior, Juan Zapata, detalló que las 14 millones de balas son parte de una adquisición de 24 millones de proyectiles, de los que ya se suministraron anteriormente 4 millones, por lo que en total disponen ya de 18 de los 24 millones.

Las balas entregadas son de los calibres 9 milímetros y 5.56 para armas cortas y largas, respectivamente, que servirán para el reentrenamiento de los agentes y para reposición de las balas que sean usadas por cada agente en cumplimiento de su deber.

A cada agente se le brindará 200 cartuchos para capacitación y 100 cartuchos como dotación personal y como reposición.

"Tenemos el respaldo no sólo del Gobierno, sino de la norma. Tenemos un reglamento del uso legítimo de la fuerza que quitó y aclaró muchos temas que eran complejos como la materialización de la amenaza", dijo Zapata sobre el instrumento legal que ahora facilita a los agentes de Ecuador el uso de su arma de fuego.

"El reglamento determina que, ante la amenaza del servidor policial, del miembro de las Fuerzas Armadas o un tercero, podemos hacer uso del arma letal. (...) Antes no teníamos las garantías para hacerlo, porque teníamos policías enjuiciados cuando hicimos uso legítimo del arma", agregó.

Producto de ello, la Policía de Ecuador ha abatido a 48 presuntos delincuentes desde inicios de 2023, cuando el año pasado apenas fueron 6.

El ministro del Interior resaltó que en estos episodios ningún policía ha resultado herido.

Por su parte, el comandante general de la Policía, Fausto Salinas, advirtió que desde comienzos de año 24 policías han sido asesinados en atentados atribuidos al crimen organizado.

También reseñó que hasta ahora se han registrado 43.000 aprehendidos y la incautación de 6.000 armas incautas, 153.000 balas y 60.500 explosivos, así como cerca de 117 toneladas de drogas incautadas y 66 personas liberadas de secuestros.

Ecuador cerró 2022 con la mayor tasa de muertes violentas de su historia, al registrar 25,32 por cada 100.000 habitantes, catapultada por la delincuencia callejera y la criminalidad organizada, ligada en gran parte al narcotráfico, que ha convertido en los puertos ecuatorianos en grandes trampolines para enviar cocaína a Europa y Norteamérica.