Las opciones que tiene Glas para no volver a la cárcel

Para conservar su libertad, Jorge Glas tiene la opción de esperar un pronunciamiento favorable de la Corte Provincial de Santa Elena, que ratifique su habeas corpus; también puede estar ya ‘cabildeano’ con algunos países para que le concedan asilo político.

En teoría, de acuerdo a la Ley de Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional, la Corte Provincial tiene ocho días laborables para pronunciarse respecto a la apelación del habeas corpus del exvicepresidente Jorge Glas, que presentó el Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad y Adolescentes Infractores (SNAI), el pasado 14 de abril de 2022. En la práctica, el tiempo se puede extender si se solicita llamar a audiencia y más si se pide que se practiquen elementos probatorios.

Adicional, hay que tomar en cuenta que, en muchas ocasiones, “los jueces de las cortes provinciales no siguen el proceso con la rigurosidad que deberían”, explica la doctora en derecho, Pamela Aguirre Castro, sobre el respeto a los tiempos.

El trámite, nuevamente en teoría, debería llevarse de la siguiente manera, de acuerdo a la ley y a la explicación de Paúl Córdova, constitucionalista y docente de la Universidad Internacional SEK, :

- La Corte Provincial puede resolver con base en el expediente, si fuera así el trámite acabaría en ocho días.

- Si se considera necesario, se solicita la práctica de elementos probatorios y se convoca a audiencia; en ese caso, el tiempo se suspende y corre a partir de terminada la . A criterio de la especialista Aguirre, el SNAI debería pedir que se realice una audiencia para poder exponer sus argumentos.

La resolución de la Corte Provincial definirá qué caminos tiene Glas. Si ratifica el habeas corpus a su favor, se mantendría en la situación en la que está ahora: en libertad; al menos hasta que se esclarezcan otros procesos que tiene en su contra, podría cumplir condena privativa de libertad por el caso Singue.

Si la Sala de Santa Elena resuelve en contra del habeas corpus, Jorge Glas debe volver de manera inmediata a prisión. Desde la cárcel podría optar por presentar un recurso extraordinario de protección, alegando que hubo falta de garantías al debido proceso, falta de seguridad jurídica o un incumplimiento al derecho de la motivación, como medida ante la resolución de la Corte Provincial de Santa Elena. Este recurso debería resolverlo la Corte Constitucional.

Ante este escenario, se baraja la posibilidad de que Jorge Glas solicite asilo político a otros países para refugiarse en sus oficinas consulares. Este es el caso de la exministra de Transporte y Obras Públicas, María de los Ángeles Duart, condenada por el caso Sobornos. Ella se encuentra en calidad de ”huésped por razones humanitarias” en la embajada de Argentina en Quito.

Si lograra salir del país, Glas podría pedir un asilo directamente en el lugar donde se encuentre; como los exasambleísta del correísmo Gabriela Rivadeneira, Silvia Buendía y Carlos Viteri que están en México, con asilo político concedido por el presidente de ese país Andrés Manuel López Obrador.

Sin embargo los analistas consultados por Ecuavisa.com creen que no cabe un pedido de asilo político por los delitos que pesan contra el exvicepresidente. El abogado internacionalista y catedrático universitario, Esteban Santos, explica que esta figura se otorga cuando la sentencia se trata de delitos políticos y hubo una violación a los derechos humanos o cuando corre peligro la vida de quien lo solicite.

El constitucionalista Córdova enfatiza que sobre Glas pesan dos condenas ejecutoriadas por delitos de corrupción, es decir no corresponden a delitos políticos.

No obstante, Santos aclara que, de acuerdo a la norma internacional, el país que otorgue este beneficio tiene "discrecionalidad absoluta" de decidir sobre el caso, es decir, hay la posibilidad de que pesen más las motivaciones ideológicas.

Santos pone en el mapa a países que profesan el llamado “Socialismo del siglo XXI”, por ejemplo: Argentina, México, Cuba, Honduras, Venezuela y Bolivia.El caso de Argentina resulta peculiar, porque, además de la presencia de Duart en su embajada, el presidente Guillermo Lasso se encuentra actualmente en este país cumpliendo una agenda bilateral con su par, Alberto Fernández. Santos califica esta reunión como “sensible” y pondría en una incómoda situación la relación entre los dos países.

Carlos Estarellas, profesor de Derecho Internacional, dice que si otros países violan las normas del derecho internacional y deciden conceder asilo a Jorge Glas, sin que cumpla con los requisitos, podría desembocar en una ruptura de las relaciones diplomáticas, incluso podría llevar al Ecuador a retirar a su embajador de ese país.

El especialista, dice que Lasso debería aprovechar la reunión con Fernández para “reclamar” la situación en la que se encuentra Duart en la Embajada de Argentina.

Estarellas explica que la solicitud de asilo político se da únicamente en las embajadas y no en las oficinas consulares. Eso implicaría que Glas debería trasladarse a Quito, donde funcionan las embajadas.

Santos, tiene otra lectura, a su criterio si una misión diplomática está debidamente acreditada, a través de un consulado. "El jefe de misión podría otorgar un asilo, (...) en representación del presidente del país".

Lo cierto es que de los países mencionados, solo Argentina tiene una oficina consular en Guayaquil. En todos los otros casos debería trasladarse a Quito.

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La última opción que tendría Glas estaría fuera de la ley: fugarse. Aunque tiene prohibición de salida del país no tiene un grillete para poder conocer su ubicación. El ministro de Gobierno, Francisco Jiménez, ha aclarado que Glas tiene vigilancia 24/7.