El asilo que solicitará Jorge Glas a México no procede, según la Convención de Asilo Diplomático de Caracas

Aunque ya ha sido sentenciado en dos ocasiones por casos de corrupción, el exvicepresidente de la República, Jorge Glas, está libre desde noviembre de 2022.

El juez de Santo Domingo de los Tsáchilas, Emerson Curipallo, quien actualmente está procesado en el caso Metástasis, le otorgó la libertad provisional hasta que la Justicia emita una resolución definitiva sobre la prelibertad que había solicitado. Ese trámite no ha concluido. La audiencia que debía instalarse la tarde de este martes 19 de diciembre fue diferida para el miércoles 27 de diciembre.

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Para mantener la medida cautelar, Glas debe cumplir dos requisitos: no salir del país y presentarse una vez por semana ante una autoridad judicial en Guayaquil.

Sin embargo, el exsegundo mandatario permanece desde el domingo en calidad de huésped en la Embajada de México, en Quito. No quiere salir porque la policía lo espera afuera para hacer efectiva una orden de traslado a la Fiscalía, en el marco de otra investigación por presunto peculado que ha sido denominada caso 'Reconstrucción de Manabí'. Por lo tanto, la disposición será incumplida y Glas agotaría así su única salida jurídica.

No obstante, insistirá en la vía diplomática. Para no regresar a la cárcel, el hombre fuerte de los sectores estratégicos del correísmo pedirá asilo político a México.

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La solicitud formal será presentada en las próximas horas, anunció su defensa. Se acogerá a lo estipulado en la Convención de Asilo Diplomático de Caracas, adoptada en 1954, pese a que su artículo 13 establece:

A Glas le quedaría entonces solo la salida política: que la Asamblea Nacional no autorice el inicio de un nuevo juicio penal en su contra.