Elecciones seccionales 2023, un termómetro para presidenciales de 2025 en Ecuador

Las elecciones seccionales 2023 en Ecuador, que tendrán lugar el próximo domingo, 5 de febrero, se convertirán en un barómetro con miras a las presidenciales de 2025, y el espacio en el que se valorará si las principales fuerzas políticas del país mantienen sus tradicionales bastiones de apoyo.

Los resultados de los comicios en las provincias de Pichincha, Manabí, Guayas, Azuay y Santo Domingo son fundamentales para tener "un mapeo de cómo se podría ir planteando hacia adelante una elección nacional, dependiendo de la buena gestión de alcaldes y prefectos", dice el analista César Ulloa.

Para él, las elecciones del domingo pondrán a prueba si el Partido Social Cristiano (PSC) mantiene la provincia de Guayas y su capital Guayaquil como bastión. Cynthia Viteri opta por la reelección en el Municipio del Puerto Principal y Susana González busca seguir cuatro años más en la Prefectura, ambas por la lista 6.

También el domingo se verá si el movimiento Revolución Ciudadana, del expresidente Rafael Correa (2007-2017), mantiene por su parte el capital político que le han brindado Manabí y Pichincha.

En Pichincha, la correísta Paola Pabón busca la reelección para la Prefectura, mientras que por ese movimiento va por la alcaldía de Quito Pabel Muñoz, a quien varios sondeos mantienen entre los primeros de una lista de doce postulantes, incluido el exalcalde Jorge Yunda, que ha sido cercano al correísmo.

"Tenemos demasiados candidatos (en Quito) y, el que gane, va a ser con una diferencia muy corta", prevé la analista Wendy Reyes.

Por otra parte, Ulloa considera que CREO, el partido de Gobierno que presenta candidatos para tener al menos el 5 % de votación y seguir en el registro de organizaciones políticas, "no ha apuntado a ganar las elecciones locales, pues su mayor esfuerzo está en la propuesta de consulta popular".

Con el referéndum, el Ejecutivo busca reformar la Constitución en temas como la lucha contra los crímenes transnacionales, la representación política partidaria, el nombramiento de autoridades de control y la protección ambiental.

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Para el analista Santiago Basabe, las elecciones también pueden perfilar un panorama político del Gobierno de Guillermo Lasso, designado hasta mayo de 2025, aunque en países con una vida política "muy volátil, como Ecuador, a veces en dos años cualquier cosa puede suceder. Un 'outsider' puede aparecer en cualquier momento".

Los resultados de las elecciones también podrían influir en eventuales protestas sociales, como las ocurridas en octubre de 2019 y junio de 2022, lideradas por el movimiento indígena en demanda, principalmente, de mejoras económicas, y que se caracterizaron por el bloqueo de vías y carreteras.

Más allá de tener o no aliados locales, la dirigencia indígena es una fuerza "muy potente", sostiene Ulloa al señalar que la atención se centrará en los resultados en la Sierra-Centro para Pachakutik, brazo político de la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (Conaie).

Ello porque, las marchas se gestan y se nutren en provincias como Cotopaxi, Tungurahua, Chimborazo y Bolívar.

Para Reyes, las elecciones pueden ser también un barómetro para conocer si el proceso de diálogo tras las movilizaciones de junio pasado, afectó o posicionó mejor a la dirigencia indígena, aunque Basabe presume que se repetirá el favoritismo hacia Pachakutik en ese sector del país.

La conformación política local también resulta importante con miras a otras elecciones pues -como recordó Reyes- Pachakutik ya tuvo una representación importante en la Sierra-Centro y, a partir de ello, se fue formando la candidatura de Yaku Pérez para las presidenciales de 2021, en las que quedó tercero en la primera vuelta, aunque él dice haber sido víctima de fraude.

En las elecciones del domingo se designará a los alcaldes, prefectos, concejales y vocales de juntas parroquiales, así como a los siete miembros del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (CPCCS), y se votará por el referendo del Ejecutivo.

En Ecuador, donde el voto es obligatorio, la población llegará a las urnas con "una apatía enorme", adelanta Ulloa, mientras Reyes ve una población "desilusionada" y con poca credibilidad en los partidos políticos, lo que tiene una relación directa con el nivel de indecisos.

"Creo que la mayoría de gente va a decidir su voto el día de la elección, en la fila de la votación", opina.

Basabe percibe "mucha molestia con la política, que más temprano que tarde va a explotar".

¿Y cómo se manifestaría? "Posiblemente con el surgimiento de un candidato de fuera de la política o de alguien de la política que sea un extremista de derecha o izquierda", vaticina.