La agudización de la crisis energética en el país ha estado acompañada por la ausencia del presidente Daniel Noboa
Aunque hace dos semanas dijo que suspendía su gira en Estados Unidos para afrontar la crisis climática que afecta al Ecuador, las vocerías han sido delegadas.
Con la crisis energética viva y expandida destaca el silencio del presidente Daniel Noboa. Él, que suspendió su agenda en los Estados Unidos para ponerse al frente de lo que calificaron desde el gobierno como la peor coyuntura climática de las últimas décadas, él que se caracteriza por sus recorridos constantes en el país de repente luce ausente. Algunos dirían que también se ha apagado.
Apenas arrancó octubre, el jefe de Estado visitó las instalaciones de Toachi Pilatón para constatar avances de una obra suspendida y prometer que entrará en operaciones en diciembre. El último día que se lo vio fue el viernes cuando recorrió la cárcel que se construye en Santa Elena y después entregando bonos y anunciando obras hídricas en esa misma provincia.
En medio de todo esto, reducción de cortes, la eliminación del IVA para la importación y venta de generadores, el apagón industrial, la retoma de los racionamientos de hasta 10 horas para el sector residencial.
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Esa desaparición de escena del jefe de Estado se extiende hacia sus redes sociales, donde su última publicación fue aquella en la que trataba de explicar el sentido de un nuevo proyecto de ley que busca eliminar el límite de generación eléctrica cuando la inversión sea privada.
Y de eso hoy se cumplen 11 días, y llama la atención porque la exposición permanente en redes sociales ha sido rasgo primario de su Gobierno.
Pero la ausencia y el silencio se romperán esta tarde cuando asista a la sesión solemne paralela que desarrollará el Gobierno por la Independencia de Guayaquil.
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