Ecuador ha desperdiciado 20 años de política petrolera

Ecuador pasó de producir 523 mil barriles diarios de crudo en 2005 a 308 mil en junio de 2024. En 20 años, la falta de una política petrolera eficiente ha provocado que la industria petrolera disminuyera entre 50 mil y 200 mil barriles de crudo. Analistas señalan que la compleja situación del sector petrolero, principal motor de la economía del país, se debe a múltiples factores de manejo estatal que se arrastran desde varios gobiernos.

En el programa Políticamente Correcto del domingo 30 de junio, María Teresa Escobar, periodista y analista económica, sostuvo que la tragedia petrolera recae en la crisis política de los gobiernos de turno.

Según Escobar, la pugna entre poderes, que ha ocasionado golpes de estado, derrocamientos y elecciones anticipadas en los últimos veinte años, ha puesto en una situación de inestabilidad política. Por ello, la mayoría de presidentes prefiere evadir la responsabilidad de llevar adelante una gran agenda de recuperación petrolera.

“Como no hay gobiernos duraderos, tampoco hay una visión a largo plazo. Además, recuperar el sector petrolero requiere de mucha inversión, pero ¿qué empresa va a querer invertir en un país tan inestable?”, explicó la analista.

Oswaldo Madrid, quien ocupó el cargo de gerente en la época de Petroamazonas, sostuvo que esa larga línea de gobiernos en inacción se refleja también en el actual. “La erosión del Río Coca, por ejemplo, es un problema que se arrastra desde hace más de cuatro años. En siete meses, no podíamos pedir una solución al Gobierno de Noboa, pero sí al menos una hoja de ruta para mejorar la situación petrolera”, sostuvo.

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Según Ramiro Páez, experto petrolero, esta falta de política petrolera de los gobiernos se refleja también en la crisis que atraviesa la empresa pública más grande del país, Petroecuador, encargada de más del 80% de la producción nacional. “Petroecuador tiene más campos petroleros de los que puede explotar, bajó la participación de las empresas privadas al mínimo y ahora no tiene los recursos suficientes”, explicó.

Otro de los factores que empeorará la baja producción petrolera, añaden Páez y Madrid, es el presunto mal manejo de la consulta popular del pasado 20 de agosto de 2023 que preguntó a la ciudadanía sobre el cierre del Bloque 43 del ITT.

“Qué hacer con un sector tan estratégico, como un bloque petrolero, lo debe decidir un presidente, no preguntarse en una consulta popular, dijo Madrid. Páez añadió: “la ciudadanía no entendió la dimensión del problema, fue una pregunta malintencionada y mal planteada”.

En ese sentido, sostienen que el Gobierno de Daniel Noboa debería encontrar una forma legal de impedir el cierre del bloque que mensualmente supone una producción de 57 mil barriles al día.

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Según los panelistas, aún existen formas de incrementar la producción de crudo. Páez sostiene que Ecuador debe optar por los contratos de participación que el correísmo cambió por los contratos de prestación de servicios. “Al usar de nuevo esta normativa, se devolvería la capacidad para que las empresas privadas propongan nueva inversión en los campos que se les concedan”, explicó.

Pero para ello, el analista explica que es necesario primero reestructurar Petroecuador. “Hay que reducir Petroecuador hasta un tamaño en que pueda manejarse por sí sola y los campos petroleros que queden libres se los puede proponer para nuevas licitaciones que atraigan ofertas de la empresa privada”, sugirió.

Madrid, por otro lado, sugiere una solución más radical: cerrar Petroecuador y construir una nueva desde cero. Para el experto petrolero, la empresa estatal ha llegado a una situación crítica sin retorno. “Es poco probable que Petroecuador pueda mejorar; su estructura está obsoleta, se ha desgastado con los años y tiene una larga lista de escándalos de corrupción que ya no la hacen atractiva”.

Por su parte, María Teresa Escobar enfatiza que, antes de pensar en algún cambio de fondo, la primera solución está en cambiar la agenda del Gobierno por una petrolera a largo plazo cargada de diálogos y concertación con los sectores amazónicos y las comunidades sociales.

“En parte, la producción petrolera no avanza por la confrontación entre el Estado y las comunidades. Hay que replantear la conversación y encontrar una relación llevadera que una al Gobierno, al sector petrolero y a las comunidades amazónicas”, concluyó.

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