La nostalgia del astillero se reaviva en las fiestas julianas

Por: Luisa Carrera Meza

Ecuavisa.com 

 

Una parte de la historia de Guayaquil se escribió en su astillero. De estos lugares quedan pocos vestigios, pero su legado no se ha perdido con el tiempo.

 

Ya no trabajan con madera, ahora se dedican a fundir acero y aluminio para construir las embarcaciones que surcarán ríos y mares.

 

Este trabajo que se realiza en uno de los astilleros del sur de Guayaquil evoca la época de la colonia, cuando estos espacios impulsaron la economía de la ciudad.

 

A inicios del siglo XVII, los astilleros de Guayaquil se destacaron en América Latina.

 

La construcción y reparación de embarcaciones nunca se detuvo y ahora se busca repotenciarla.

 

Bolívar Andramuño, tecnólogo naval, cuenta que el avance y el uso de otros materiales hicieron que los astilleros de otros países superen a los de la urbe porteña.

 

Además, dice que es importante incorporar recursos tecnológicos para destacar nuevamente en ese ámbito. 

 

Como recuerdo de los grandes astilleros está Astinave. En el sitio se remodelan buques de guerra y también se elaboran otras embarcaciones para la Armada Nacional.

 

Camilo Delgado, gerente general de Astinave, comenta que para poder competir con otros astilleros del mundo deberán trasladarse a otro lugar.

 

Guayaquil creció desde el río y fue su astillero el que influyó para que se intensificara el movimiento fluvial.

 

Se logró que la ciudad sea reconocida como el puerto principal del país.

 

Una urbe que se alista para celebrar 480 años de fundación, manteniendo en el presente aquellos oficios que la hicieron grande.