26 abr 2013 , 03:37

Niños con discapacidad reciben varios tipos de terapias en Guayaquil

   

En el Centro de Equinoterapia que maneja la Prefectura del Guayas se brinda atención gratuita a personas con distintos tipos de discapacidad y de escasos recursos económicos.  

En el Centro de Equinoterapia que maneja la Prefectura del Guayas se brinda atención gratuita a personas con distintos tipos de discapacidad y de escasos recursos económicos.

 

Bella Zambrano viene desde la Troncal, hace un mes unas amigas le contaron que en Guayaquil había un centro de equinoterapia que podía ayudar a su hijo Andrés, quien tiene parálisis cerebral infantil. Ella cuenta que aunque él tiene poco tiempo recibiendo terapia, ya nota una evolución: “Él era más tenso y ahorita está aflojando bastante”.

 

Desde que Andrés nació hace ya 16 años ella sueña con escuchar su voz: “Que me hable, que me diga mamá, porque nunca me ha dicho mamá, ese es mi mejor deseo”.

 

Jorge Amaya tiene otra condición, nació con Síndrome de Down y desde hace dos años su madre, Ana Luisa Pin, lo trae todas las semanas y asegura que los caballos le han dado confianza a su hijo.  

 

“Fue un cambio para él total, porque él era un poco introvertido, ahora usted lo ve, Jorge es muy independiente aquí, él es conocido”, comenta con alegría Ana Luisa.

 

Este centro integral ubicado en el kilómetro 10 y medio de la vía Puntilla-Samborondón, es el más completo de América Latina y atiende a 650 pacientes, en su mayoría niños.

 

“Lo más gratificante es ver los resultados positivos que tiene cada uno de los niños conforme vienen a sus terapias, el compromiso de los padres y tercero la inclusión que se produce que empieza en casa”, señala Mauricio Barcos, director del Centro de Equinoterapia.

 

En apenas dos hectáreas de terreno se ubican Terapia Física, Psicopedagogía, Hidroterapia, Musicoterapia, entre otras, atendidas por 21 profesionales especializados. Todos estos tratamientos han contribuido a la mejoría de José Pérez que ya pueda caminar solo, en el centro él aprendió a “caminar, correr, jugar pelota y bicicleta”. 

 

Las terapias, el contacto con los caballos y el esfuerzo de los que ahí trabajan, contribuyen a la recuperación física y psicológica de quienes son atendidos en este lugar. 

 

 

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