En Andacocha, provincia de Azuay, existe un pequeño santuario, donde miles de personas acuden a agradecer al denominado 'Señor de los Migrantes'. Se trata de una figura religiosa a la que migrantes y sus familiares acuden para ser bendecidos.
En Andacocha, provincia de Azuay, existe un pequeño santuario, donde miles de personas acuden a agradecer al denominado 'Señor de los Migrantes'. Se trata de una figura religiosa a la que migrantes y sus familiares acuden para ser bendecidos.
Desde distintas zonas del austro llegan miles de devotos hasta el pequeño pueblo de Andacocha. Lo hacen para venerar a un pequeño cristo crucificado que, según la leyenda, fue hallado en 1957 por un labriego de la zona.
Desde la década de los noventa, cuando inició la masiva migración desde al austro hacia Estados Unidos y Europa, los fieles lo conocen como el 'señor de los migrantes', como nos explica el párroco, Rafael Cabrera.
"También lo llaman Señor de los Migrantes, porque es un dios migrante, que está donde está el pueblo, donde está el pueblo está dios", menciona.
Muchos llegan para pedir que los bendiga en sus viajes, como Carlos Tello, quien caminó más de tres horas desde Paute para ser bendecido, antes de migrar hacia Estados Unidos.
Él pide que le dé salud y vida para poder llegar, porque “está muy complicado, no hay cómo cruzar la frontera".
Otros, como Hernán Narváez, realizan el peregrinaje para agradecer por haber podido regresar al país.
Y otros tantos acuden a pedir por sus familiares que están en el exterior. Muchos depositan fotografías en una urna en el santuario. Todos tienen la fe de que el 'Señor de Andacocha' los protegerá y algún día los hará retornar para reencontrarse con los suyos.
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