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El Geoparque Volcán Tungurahua, un tesoro natural en la Sierra ecuatoriana
Ecuaterra llegó al volcán Tungurahua para recorrer por los senderos y se pueden observar una diversidad de mariposas, árboles, hongos y más especies.
Un cinturón de montañas y cascadas envuelve al imponente volcán tungurahua, es la cordillera real. En sus faldas se despliegan bosques de arrayán, aliso y olivos que conforman el Geoparque Volcán Tungurahua.
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Se extiende a lo largo de 2 397 kilómetros y abarca cinco cantones de las provincias de Tungurahua y Chimborazo. Ecuaterra lo exploró desde Puela, un enclave hídrico del parque.
Una caída de 50 metros forma la cascada el tambo, una de las más grandes. Sus aguas cristalinas marcan el inicio de un sendero de tres kilómetros que conduce hasta la cima.
Aquí hace 15 grados en promedio, habitan las mariposas Altinote Trinacria que tienen un color naranja intenso en sus alas. A 200 metros, el camino se torna rocoso y aparecen los helechos, musgos, pullas y quiche.
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Un grupo de cedros se alza en las laderas y entre ellos la candelita de anteojos se posa en sus ramas. La capa de hongos trichaptum que decora los troncos atrae a estas aves, una de las 220 especies identificadas.
En el corazón del sendero, el anturio andino se distingue por sus grandes hojas, junto a una hilera de árboles de bambú que actúan como un escudo, absorbiendo el dióxido de carbono y previniendo la erosión.
La roca de dos caras, como llamó a esta formación rocosa el pueblo indígena Puruhá, es uno de los emblemas del Geoparque. Son 417 millones de años grabados en cada roca. Para llegar hasta aquí hay que cruzar la quebrada del tambo, que está a sus pies. Junto a ella, una fuente de agua mineral emana de las entrañas del volcán.
"Las cascadas y los manantiales del Geoparque son muy importantes ya que además de ser afluentes de los tres ríos principales el Pastaza, el Patate y el Chambo, forman también parte de la zona agrícola", explica Juan Pablo Recalde, geólogo del Geoparque.
En la cúspide los herbazales húmedos caracterizan el ecosistema, con cuatro lagunas de aguas termales, de temperatura de 30 grados y tonalidad amarilla, reflejo de su riqueza en carbonato, magnesio, cloruro y óxidos.
El 54 % del territorio tiene atención prioritaria. 50 guardaparques, del Ministerio de Ambiente, custodian puntos estratégicos en un área de 1 297 kilómetros. Ahí se han censado especies en peligro de extinción como pumas, tigrillos, venados de páramo y el tucán andino.
A la vez, un consorcio entre los cinco Municipios y las Prefecturas de Tungurahua y Chimborazo lo salvaguarda con un plan basado en la educación y la conservación.
"El eje de geoeducación está direccionado a las poblaciones locales y a los emprendedores locales que brindan servicios turísticos, con el objetivo de que den a conocer al turista las zonas delicadas del Geoparque y eviten dejar huellas de destrucción”, dice Juan Pablo Recalde, geólogo del Geoparque.
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Al Geoparque Volcán Tungurahua se ingresa por ocho puntos, Puela es uno de los más visitados, cada mes llegan aproximadamente 800 turistas. Su biodiversidad lo convierte en un santuario natural.
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