Viajamos a una de las parroquias de Imbabura, donde se ha implementado este diseño. Reduciendo problemas respiratorios por el humo y cuidando la naturaleza.
¿Cómo seguir la tradición gastronómica sin afectar a los bosques con la tala? Esa fue la pregunta que dio inicio al proyecto de cocinas ecológicas.
La construcción es rústica. Por fuera luce como una fila de ladrillos coronada con una estufa artesanal. Pero la tecnología reduce hasta el 50 % el consumo de leña en las comunidades. Disminuye las emisiones de dióxido de carbono y gases efecto invernadero, perjudiciales para el planeta y la salud de los seres humanos.
El diseño incluye una cámara de combustión pequeña, por lo que la leña proviene de los restos de podas del huerto o sistemas agroforestales, reemplazando a la leña gruesa anteriormente obtenida del bosque. Evitando la deforestación.
En nuestra visita a la parroquia González Suárez, en Imbabura, escuchamos el relato de varios pobladores que se quejaban de los efectos nocivos para la salud de cocinar con leña gruesa. En cambio, las cocinas ecológicas cuentan con un sistema de chimenea, que evita que el 98 % de los gases se queden dentro de la vivienda. Reduciendo a la par los problemas respiratorios debido a la exposición al humo.
Las cifras expuestas en el gráfico, corresponden a las dos primeras fases del proyecto. Actualmente, la Prefectura de Imbabura planifica la tercera fase.
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