Televistazo recorrió dos reservas del Chocó Andino para conocer los labores que se realizan para conservar este sitio lleno de biodiversidad y que alberga a más de 640 especies de aves.
La parroquia Pacto es parte del Chocó Andino, y es conocida por su alta biodiversidad. Aquí se hace una labor importante de conservación animal, especialmente de aves.
En el Chocó se han contabilizado 640 especies, lo que representa casi el 38% de todos los tipos de pájaros en Ecuador. La tarea de cuidarlos no es fácil. Se necesita recuperar los bosques, y sobre todo conciencia ambiental.
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En la reserva Mashpi Amagusa empezaron a aplicar esos principios hace 12 años. Explican que antes aquí talaban los árboles y hacían actividades agrícolas que ahuyentaron a las especies. Tras once años de reforestación y de un cambio de actividad, las aves retornaron.
"El bosque es justamente lo que ellos necesitan para sobrevivir tiene que ser húmedo, tiene que estar nublado", explica Sergio Basantes, colaborador de esta reserva. Agrega que este lugar debe mantenerse en condiciones frescas el 97% del año.
Hoy la comunidad vive del turismo sostenible. Los ornitólogos, científicos de aves de todo el mundo, vienen hasta la zona para estudiarlas.
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Solo en la reserva Mashpi Amagusa se registran 279 especies. 24 de ellas endémicas, como la tangara verde reluciente, una de las más admiradas por su particular color.
Las tangaras son aves pequeñas miden entre 12 y 14 centímetros de longitud. La mayor diversidad está en las selvas andinas, algunas especies emiten sonidos distintivos, que son replicados por los guías para llamarlas y que sean admiradas.
Aquí se han contado unas 13 de este tipo de aves, como la lomilimón o la montana barbinegra. Alrededor de 1.500 árboles que sembró la comunidad sirven de refugio para los pájaros. Son plantas nativas como el motilón, sauco o palmito.
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También están flores a donde llegan decenas de colibríes como la ninfa coroniverde o la brillante emperatriz. Poseen una estructura anatómica que les permite volar como un helicóptero, en cualquier dirección, mientras lo hacen producen un zumbido que alerta a otras aves.
La reserva Sacha Guatusa, casa del tucán del Chocó
Otra reserva que se dedica a la conservación en el Chocó Andino es Sacha Guatusa. Aquí es común encontrar a las aves piquigruesas, intentando hacer su nido.
Si los visitantes tienen la paciencia suficiente, pueden ver al tucán lomirojo, mejor conocido como el tucán del Chocó, ave insignia del bosque.
Es una especie de ave piciforme, es decir, que se caracteriza por tener dos dedos dirigidos hacia adelante y dos hacia atrás. Se alimentan también de frutos, hormigas y animales pequeños. Habita en los bosques húmedos del Pacífico y al suroriente de Panamá y Colombia.
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Las aves representan una de las especies de mayor importancia en las dinámicas de los ecosistemas. Cumplen funciones ecológicas como la dispersión de semillas y la polinización de la plantas.
Solo en la zona se ha logrado la recuperación de unas 600 hectáreas de bosque para su hábitat. Allí radica la importancia de cuidar estos animales.
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