El bosque Cerro Candelaria, en Tungurahua, es el hogar de pecaríes, venados, serpientes sin colmillos y más especies endémicas
Este tesoro natural tiene apenas dos años de estudio de sus especies y muchas riquezas naturales intactas por descubrir.
La cadena de montañas perfila el bosque Cerro Candelaria, cuyas laderas, con murallas rocosas, trepan hasta 3 850 metros y están atravesadas por el río Pastaza. Son 3 400 hectáreas en la parroquia Río Verde, del cantón Baños, en Tungurahua.
La temperatura, entre 6 y 15 grados, favorece el florecimiento de orquídeas entre el musgo de cedros, dragos y colcas. Algunas se han adaptado y crecen entre la hojarasca. Hay 15 tipos del género teagueia, todas endémicas de Candelaria. Al igual que las gerneracias reconocidas por su floración continua.
Lea también: Esmeraldas: la reserva Cayapes-Mataje alberga los manglares más altos del mundo
Su forma de campana y variedad y sus colores rojo y naranja la distinguen de las heliconias, que tienen ramas de hasta dos metros. Los árboles matapalo parecen suspendidos, con raíces que cuelgan como hilos.
En diciembre, los nuevos brotes de guarumos aparecen en tonos blancos y plateados, generando un contraste con los pumamaqui, árboles icónicos de este bosque, que alcanzan 25 metros. Sus hojas contienen pequeños frutos que atraen a los monos capuchinos que lo habitan.
Pumas, osos de anteojos y venados son parte de las 23 especies de mamíferos
Bajo las copas de los árboles se mueven pecaríes de labio blanco, venados y osos de anteojo. Las manadas permanecen atentas al puma concolor, su principal depredador. Aquí habitan 23 especies de grandes mamíferos.
“Hemos implementado 62 cámaras trampa a lo largo del corredor que nos ha permitido captar unos 35 osos diferentes, porque quienes manejan la información los logran identificar por las marcas que tienen en la cara y el cuerpo”, contó Samantha Barrera, coordinadora de Monitoreo de la Fundación Ecominga.
Revise: La reserva Yachana, en Tena, es conocida como el paraíso ornitológico de la Amazonía
El águila andina, la tercera ave más grande del país, surca el cerro candelaria. Puede medir hasta dos metros y hay registro de 200 ejemplares.
Entre la densa vegetación, anidan otras 97 especies de aves, entre ellas el "buco listado", las urracas verdes, oropéndolas y colibríes.
Al oeste, nace el río Chinchín, que recorre 10 kilómetros antes de unirse con el Pastaza. En sus riberas, una fila de enormes rocas blancas marca el trayecto del agua.
El número de insectos es incalculable. Entre ellos, las libélulas azulillas y los coleópteros que deambulan sobre hojas de camacho. Comparten su hábitat con las mariposas monarca que se alimentan del néctar de las flores de anturios. También hay avispas y chinches.
Dos ecosistemas convergen la cordillera de los Andes
En esta cordillera de los Andes convergen dos ecosistemas: el bosque y el páramo.
A 1 900 metros emerge un bosque de espinos santos, tan compacto y denso que es casi imposible atravesar. A cada paso aparece una barrera de espinas. El viento sopla a 16 kilómetros por hora.
Le sugerimos: La riqueza del Chocó ecuatoriano se conserva en la reserva ecológica Las Siete Cascadas
Más allá, solo avanzan los guardabosques, ellos saben cómo no quedar atrapados en la maraña de ramas y espinas.
El bosque Cerro Candelaria es una zona remota, sin comunidades establecidas. Es un tesoro con apenas dos años de estudio de sus especies, tiene muchas riquezas naturales intactas por descubrir.
Recomendadas