Desde 1994, 200 familias se encargan de la conservación forestal e hídrica del Bosque Protector Habitagua, en Pastaza

Las aguas cristalinas se ocultan entre la espesura del Bosque Protector Habitagua, zona nacional de conservación forestal e hídrica. En 4 421 hectáreas acoge 14 ríos que nacen en la Cordillera de los Andes y avanzan con fuerza hacia la Amazonía.

Al sur, los ríos Kilo y Alpayaku desembocan en el río Pastaza, mientras que los otros 12 afluentes corren hacia el noreste para conectarse con el río Anzu. Su particular geografía en la colonia Isidro Ayora, del cantón Mera, en Pastaza, lo convierte en un bosque siempre verde montano bajo, donde llueve siempre, creando así un ambiente perpetuamente húmedo.

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Se extiende sobre un terreno montañoso con pronunciadas pendientes, en las faldas del Parque Nacional Llanganates, lo que lo convierte en una zona de amortiguamiento.

Desde 1994, 200 familias asumieron su protección y declararon voluntariamente sus terrenos como parte del bosque protector, para preservar las fuentes hídricas de las que dependen 100 000 personas, y mantener el equilibrio que sustenta 292 tipos de anfibios.

"Nosotros no tenemos ningun proyecto de agricultura de ganadería, para no tener ningún tipo de contaminación en las aguas, y lo cuidamos gratuitamente", dijo Fernando Ordóñez – presidente del Bosque Protector Habitagua.

En sus ríos se encuentran 25 especies de peces, entre ellas las pequeñas sardinas, adaptadas a las frías corrientes de 16 grados.

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Uno de los afluentes clave es el Alpayaku, cuyas orillas están salpicadas de grandes rocas y arena amarilla, conocida como kilo.

En estos parajes merodea la garza tigre, ave emblemática de Pastaza y una de las 360 especies que habitan en el bosque. Es muy difícil de avistar y se alimenta de peces y renacuajos, moviéndose sigilosamente.

También hay tangaras orejidoradas, con sus tonos verde azulados y cara anaranjada, así como la tangara urraca, fácilmente reconocible por su plumaje en blanco y negro.

Junto a los comuneros, tres guardaparques protegen el bosque y fomentan la educación ambiental.

"Con niños y jóvenes de las escuelas de esta zona de amortiguamiento, damos charlas, pero también sembramos plantas de la zona", contó Frankie Lugo, guardaparque del ministerio del ambiente.

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Durante esta época del año, el florecimiento de la guaba convoca a unos 18 tipos de colibríes, que buscan su néctar.

Los wicundos también florecen, una bromelia cuyas hojas alargadas dan refugio a la rana verde.

Guayabas, pigües, cedros, guarumos y otras 146 especies de árboles forman este manto verde.

Un 91% del bosque (4 023 hectáreas) se mantiene virgen. A lo largo de 15 kilómetros, las aguas turquesas del río Kilo atraviesan el área, impulsadas por las pendientes que agilizan su curso, especialmente en sus tres cascadas de 10 metros. En este entorno predomina la huagrachanga, palma que alcanza más de 25 metros, y se desplazan los felinos más imponentes de Sudamérica: el jaguar y el puma.

La pantera negra, cazadora de venados, osos hormigueros y armadillos, también tiene su hogar en esta selva tropical.

Wilfrido Llerena, vicepresidente del Bosque Protector Habitagua, aseguró que se pueden encontrar "las huellas de las pisadas que camina a buscar comida muy cerca de las fincas".

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A 1 440 metros sobre el nivel del mar, brotan las heliconias y se alzan los guarumos. Por sus troncos descienden apresuradas las hormigas arrieras, cargando a cuestas trozos de hojas que llevan a sus nidos subterráneos.

Habitagua es el bosque protector más grande de Pastaza, sus aguas son tan vitales que llegan hasta el Amazonas.