16 may 2021 , 20:08

Más de $2 millones le ha costado al Estado la indisciplina ciudadana

Durante este tiempo, el personal de seguridad ha desviado sus esfuerzos para controlar las fiestas libadores.

   

Eran las 10 de la noche y el sistema del ECU-911 de Samborondón predominaban las alertas de indisciplina ciudadana. En el Sur y Suburbio de Guayaquil parecía un sábado normal: reuniones en las calles, personas libando y aglomeradas durante este último fin de semana de toque de queda.

Desde el ECU-911, los operadores han identificado una nueva indisciplina ciudadana. En el Suburbio, 11 personas jugando cartas y bebiendo alcohol, sin distanciamiento, ni mascarillas en plena pandemia y toque de queda.

En las calles a la medianoche, decenas de policías realizan patrullajes. Tras la llegada de los uniformados, los ciudadanos ingresan a sus casas, pero una vez que se han ido, vuelven a salir, incluso los adultos mayores.

En otro lugar la situación es más estrica, aquí 15 personas fueron sorprendidas libando dentro de un local a la 1 de la madrugada, en el sector de Bastión Popular.

Según el presidente del COE Nacional, desde que empezó la pandemia, la indisciplina le ha costado al ECU-911 $2.200.000 mil en la asignación de equipos tecnológicos y humanos para evitar contagios masivos.

Agrega que con este dinero se podría haber construído 11 unidades educativas rurales con la capacidad para 1.650 alumnos.

Guayas, Pichincha y Manabí son las provincias con mayor alerta de fiestas y aglomeraciones duante las madrugadas de los fines de semana.

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