La madre que dice "basta" a las tareas en casa y enciende el debate en España
Hacer deberes o tareas es una actividad ampliamente odiada por aquel que debe realizarla.
Hacer deberes o tareas es una actividad ampliamente odiada por aquel que debe realizarla. Escolares, padres y hasta profesores suelen contraer los músculos de la cara cuando escuchan esta palabra.
Aún así, es una tradición centenaria en el sistema educativo en todo el mundo. Una práctica que una madre española quiere cambiar.
Eva Bailén tiene tres hijos. Los tres han ido al mismo colegio de primaria en España, pero los tres no han tenido la misma carga de tareas. "Dependiendo del profesor hay diferencias", se queja.
Es por esto que hace poco decidió abrir una petición en Change.org para que se regule la cantidad de tareas en la educación primaria.
En España, como en muchos otros países, se deja a juicio del docente o del centro educativo la cantidad de ejercicios que el alumno debe hacer en sus casas.
Esto significa que un niño menor de ocho años puede pasar entre una hora y media y tres horas sentado en la mesa de su casa repasando lo que le enseñaron durante las seis horas previas que estuvo en el colegio.
La petición de Bailén ha generado debate tanto en las redes sociales como en el ámbito educativo.
"Yo lo que pido es que se regulen, para que no haya tanta diferencia (entre la carga de trabajo de un curso y otro), que tengan tiempo libre y que no se estresen", le explica a BBC Mundo.
"Aquí los deberes siempre se piden de hoy para mañana, y hay veces que, como padre, llegas a casa del trabajo y te encuentras que no puedes hacer nada con tus hijos porque tienen que estudiar".
Bailén agrega que en muchos casos, si no hacen las tareas, al niño lo dejan sin recreo o le quitan puntos en los exámenes, lo que genera una carga innecesaria de estrés.
La confesión de un profesor
Quienes critican los deberes consideran que un niño de primaria debe tener tiempo para socializar,
leer y hacer actividades físicas después del colegio.
A Alfonso González Balanzá, profesor de secundaria en España, le llegó por correo la petición de la plataforma dedicada a recoger firmas para generar cambios sociales. No sólo la firmó, sino que se puso en contacto con Bailén para mandarle una "confesión" que había circulado en su trabajo y que había generado mucho debate.
"Yo confieso que he realizado docenas de ejercicios y deberes de mi hija. ¡Y no me arrepiento! Lo he hecho para que tuviera una infancia feliz y durmiera 10 horas al día", escribió González.
Bailén publicó la nota en su blog todoeldiaconectados.com y se hizo viral.
"Decidí confesar porque muchas veces había hablado con los profesores sobre lo disparatados que me parecían los deberes, ellos me respondían que mi hija se los agradecería. Bueno, ahora yo les digo le habéis puesto sobresaliente a deberes que no los ha hecho ella", le cuenta a BBC Mundo.
Si bien Bailén quiere que el gobierno regule las tareas, González pide abolirlos para los cursos de primaria.
"Lo que un niño necesita saber, se puede aprender perfectamente durante las horas de escuela", asegura.
Lo que un niño necesita saber, se puede aprender perfectamente durante las horas de escuela,
creen muchos padres.
González agrega que la prueba de que los deberes en primaria no son un indicativo del buen rendimiento de un estudiante es su hija, quien ahora en secundaria saca sobresalientes y no necesita ayuda para hacer sus tareas.
Jorge Casesmeiro, miembro de la sesión de pedagogía del Colegio de Maestros de Madrid, explica que el debate de los deberes es un tema recurrente. "Aquí lo que hay es una costumbre, una tradición de dar deberes", le explica a BBC Mundo. "Pero, paradójicamente, el rendimiento en España es inferior a los países que tienen menos horas de deberes".
Casesmeiro no está de acuerdo en que un alumno de primaria deba tener tareas en casa.
"Los niños cuando salen del colegio, lo que tienen que hacer es otra cosa; tienen que dedicarse a otro tipo de socialización, imprescindibles para su desarrollo y su salud física".
Seis horas a la semana
De acuerdo con el Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA, por sus siglas en inglés) de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económica, el promedio mundial de horas a la semana que un estudiante dedica a hacer deberes es de cinco horas, una hora menos del promedio en España, que es de seis.
En América Latina, los estudiantes colombianos dedican las mismas horas de estudio en casa que los españoles, mientras que los alumnos de Argentina y Chile están cerca de las cuatro horas a la semana.
De acuerdo con PISA, en España un niño dedica
de media seis horas a la semana en hacer deberes.
Daniel Salinas, investigador de PISA, explica que en el mundo de la educación existe un cierto debate en el tema de los deberes, pues se y trata de una práctica de larga data. "Es un método tradicional".
Sin embargo, Salinas le aclara a BBC Mundo que si el debate es a título individual, sobre el impacto que tienen las tareas en un alumno, "existe una correlación entre las horas que uno dedica a hacer deberes y el aumento en el puntaje de las pruebas".
"Pero llega un momento que hacer demasiados deberes deja de tener un efecto positivo. Después de cuatro horas a la semana, seguir agregando horas tiene un efecto poco importante".
Volviendo al caso español, José Miguel Campo Rizo, miembro del Colegio Profesional de la Educación de Madrid, explica que al no haber una regulación de tareas en España, hay un vacío legal que deja a juicio del profesor o del centro educativo el tipo y la cantidad de tareas que le mandan a un niño.
El promedio mundial de horas a la semana que un estudiante dedica a hacer deberes es de cinco horas.
"Tal vez puede haber cierta desorganización porque los profesores ponen deberes sin saber los que otros han puesto", le comenta a BBC Mundo.
En todo caso, Campo ve muy difícil que la petición de Bailén tenga éxito, pues la misma atenta contra "el principio constitucional de libertad de educación".
Además, "si me pregunta mi opinión personal, creo que es necesario desarrollar esa capacidad de estudiar en casa. Personalmente, no me parece que seis horas a la semana sean excesivas".
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