Siete boas constrictoras han sido encontradas en Guayaquil y Durán en solo dos días: ¿Qué está ocurriendo?

Siete boas constrictoras, también conocidas como mata caballos, fueron encontradas en diferentes sectores de Guayaquil y Durán en apenas dos días, entre el domingo 16 y lunes 17 de julio.

Los animales fueron encontrados en bodegas, casas y áreas de carga, y fueron retirados por personal especializado de la Unidad de Protección de Medio Ambiente de la Policía Nacional.

La boa más grande fue encontrada en las bodegas de la Prefectura del Guayas, en la ciudadela La Atarazana, en el norte de Guayaquil.

El animal mide 2,50 metros y fue detectado en una especie de modular metálico. Los empleados creen que la boa llegó hasta allí desde algún otro lugar de la provincia, oculta en una de las maquinarias que allí se guardan.

Otra boa de 2,30 metros fue encontrada en una covacha de caña en el sector de la Florida, en el noroeste. Y un tercer animal de la misma especie fue detectado el lunes en el área de carga del aeropuerto José Joaquín de Olmedo.

Las otras cuatro boas fueron encontradas el domingo, en la ciudadela El Recreo (Durán); en Puerto Azul y Puerto Hondo, en la vía a la Costa; y, en Gómez Rendón y Noguchi, centro de Guayaquil.

Hace cinco días, otra boa constrictor apareció en la avenida 9 de Octubre y Rumichaca, en pleno centro de Guayaquil, junto a un vehículo que estaba estacionado.

Fran Huilca, sargento de la Unidad de Protección de Medio Ambiente de la Policía Nacional, explicó que estas especies habitan usualmente en los bosques de Guayaquil y se trasladan al casco urbano, entre otros aspectos, en búsqueda de otros animales que les sirven de alimento como las ratas, zarigüeyas e incluso gatos.

"Son propias de acá, son nativas de la zona costera", mencionó. Y añadió que otro factor es que al ser de sangre fría buscan mantenerse calientes, "por eso suelen ir hacia la parte urbana", esconderse en motores de vehículos o en viviendas cuando en su hábitat natural hay mucha humedad o incremento en el nivel de marea.

Las boas constrictoras, a pesar de su gran tamaño (pueden medir hasta 5 metros), no son venenosas, pero matan a sus presas comprimiéndolas hasta asfixiarlas, para luego devorarlas.

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Esta especie está en potencial peligro de extinción en Ecuador, por eso son protegidas.

Las siete boas constrictoras fueron trasladadas a una reserva protegida de Guayaquil, donde serán liberadas en su hábitat natural.