Fiestas de Guayaquil: ¿Cuándo realmente se fundó la ciudad? Y no es el 25 de julio

Para los habitantes de este Guayaquil contemporáneo hay dos fechas que no pasan desapercibidas, y aunque al parecer ninguna resta importancia a la otra porque se destacan hechos trascendentales para la ciudad, el 25 de Julio y el 9 de Octubre se marcan con especial énfasis en el calendario y la memoria de los guayaquileños.

Las fiestas julianas, esas que empiezan el día uno con un pregón y otras actividades cívicas, le dan a todo el mes de julio un ambiente distinto. Hay festividad y, al menos en los últimos 20 años, una marcada agenda de eventos que engalanan a la ciudad.

Pero este mes casi siempre fue así; festivo, alegre y de conmemoraciones, aunque esto no necesariamente tuviera relación con la fecha de fundación de la ciudad, el día 25.

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Para el historiador Melvin Hoyos, quien tiene a su cargo la dirección de Biblioteca, Museo y Artes de la Municipalidad de Guayaquil, es un tema complejo porque durante siglos se desconoció cuando había sido fundada la ciudad al carecer de un acta formal de fundación debido a que durante la colonia, la decena de incendios y otros incidentes sanitarios, así como la presencia de piratas, ocasionó la desaparición de varios documentos oficiales.

Los libros de historia cuentan que ante estos hechos, en 1929 el concejo Cantonal solicitó a un grupo de historiadores que se investigue y posteriormente se pronuncien sobre una fecha específica que defina la fundación de Guayaquil, una conmemoración hasta entonces inexistente y hasta desconocida.

Aquella comisión, al año siguiente, resolvió escoger el 25 de julio como el día clave, argumentando que los festejos coincidían con las fiestas patronales, una fecha tradicionalmente celebrada por los guayaquileños que se sustentaba en el calendario católico en homenaje a Santiago Apóstol, patrono de la ciudad. Aquí también se determinó que la fundación habría ocurrido en el cerro Santa Ana, desde donde se expandió hasta la actualidad, y que su fundador habría sido el conquistador español Francisco de Orellana.

Los hechos planteados en 1930, dice Melvin Hoyos, no fueron lo suficientemente claros. Para ello, debió pasar mucho más tiempo en el que finalmente se pudiera explicar qué había ocurrido en Guayaquil durante su creación como ciudad.

Lo explicado por el grupo de historiadores en 1930 no constaba de documentación que pudiera avalar esos argumentos, esta fue una medida parcial, dice Hoyos. Por ello, explica, se tuvo que esperar que con el paso del tiempo se publicaran distintas investigaciones, una de ellas tomó 40 años.

Eso nos lleva al 15 de agosto de 1534, fecha clave en la historia de Guayaquil, cuando de la mano del mariscal Diego de Almagro, por orden del gobernador Francisco Pizarro, conquistador del Perú, se fundó la ciudad de Santiago de Quito en el valle de Liribamba cerca de la laguna de Colta, actualmente territorio de la provincia de Chimborazo.

La población de esa ciudad, compuesta por unos cincuenta españoles, es lo que posteriormente sería la Guayaquil de hoy que nació llamándose Santiago de Quito, aunque meses después, otra expedición, enviada por Almagro, arribara al norte de lo que ahora es Ecuador para fundar San Francisco de Quito el 6 de diciembre de ese año.

Algunos de estos datos relevantes sobre la creación de Guayaquil los recoge la historiadora Dora León Borja, reconocida por sus investigaciones sobre la ciudad, quien logró publicar mucha de la información que posteriormente permitió aclarar los hechos alrededor de la fundación.

“Ella llenó muchos campos oscuros y estableció que no era una fundación puntual, sino un proceso fundacional y organizativo que había iniciado el 15 de agosto de 1534 en la llanura de Liribamba, cerca del Chimborazo”, menciona Melvin Hoyos.

Pero la población establecida por Almagro fue provisional ya que la ciudad de Santiago tenía un papel fundamental para los fines de la conquista en la parte litoral de estos territorios, que sirva como puerto para la colonia española. Por ello, se ordenó a Sebastián de Benalcázar, quien había participado en diciembre de 1534 en la fundación de San Francisco de Quito, para que traslade la ciudad a la región costera.

Ese fue el primer traslado que viviría Guayaquil, un hecho que ocurrió en 1535. Por ello, ese año fue la referencia de los historiadores de 1930 para definir la fundación de la ciudad que cumple 488 años de vida, según esta referencia histórica.

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Pero vendrían muchos más asentamientos a lo largo de una década. Melvin Hoyos dice que Guayaquil siguió moviéndose hasta llegar al lugar donde definitivamente se asentó 13 años después de creada en el páramo ecuatorial.

La población que dejó Benalcázar se había asentado en una zona que estaba liderada por el cacique conocido como Guayaquile con quien se pudo entablar una relativa amistad para lograr convivir.

Sin embargo, a los pocos meses, los pobladores fueron movidos nuevamente debido a la presencia de otras tribus que incluso llegaron a enfrentarse con los habitantes por considerarlos una amenaza para sus territorios, intentando destruir las viviendas.

Llegado 1536, en agosto, Hernando de Zaera, recibió órdenes de Pizarro para un nuevo traslado hacia la zona que se identificó como Yagual, donde tampoco estarían de forma definitiva, otra vez, por disputas con los indígenas que habitaban el sector.

Con los antecedentes suscitados, Francisco Pizarro que había iniciado una marcada rivalidad con Almagro, pide en 1537 al capitán Francisco de Orellana que busque el lugar adecuado para establecer la ciudad. Orellana llega con los pobladores en 1538 a la desembocadura del Amay, lo que hoy es el río Babahoyo, y el Daule, lugar donde además cambia el nombre del poblado que pasó a llamarse Santiago de la Culata.

Allí permanecen hasta 1541. El capitán Orellana tenía otra misión, llegar al Amazonas, por lo que no puede permanecer más tiempo en el poblado y delega el mando a Diego de Urbina.

En los seis meses posteriores, Urbina tuvo que combatir con los indígenas apostados en ese sector que eran conocidos como Chonos. Y tras los enfrentamientos, decide nuevamente trasladar a los habitantes, esta vez a un sector donde pudieran entablar amistad con los nativos. Así llegan a los dominios de los Huancavilcas que habitaban el norte de la zona de Cerro Verde.

En 1543, el odio entre seguidores de Pizarro y Almagro había llegado a los niveles más altos de conflicto, causando división entre españoles. Esto afecta nuevamente a la ciudad de Santiago que ahora en manos del capitán Francisco de Olmos, por encargo de Urbina, tiene que sacar a los pobladores por temor a una invasión que venía de Quito.

En este punto de la historia hay dos versiones que se han contado, la primer dice que Olmos trasladó a los habitantes de Santiago al lugar donde estuvo en 1535, es decir, a la zona de Guayaquile y que es ahí que la ciudad adopta por primera vez el nombre de Santiago de Guayaquil. Pero la versión de algunos escritores contemporáneos menciona que Olmos envía a las personas a San Gregorio de Portoviejo y otros poblados cercanos hasta que la situación mejore.

Cuando las tensiones bajan, se dice que casualmente un 25 de julio de 1947, Francisco de Olmos decide nuevamente establecer la ciudad -ya esta vez de forma definitiva- porque la población había crecido tanto que dificultaba seguir moviéndose, y lo hace justo al píe del cerro Verde, hoy Cerro Santa Ana, donde confluyen los ríos Daule y Babahoyo, y donde habían llegado en 1541 de la mano de Urbina.

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