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Ciudadanos de Pascuales, en Guayaquil, denuncian que el cementerio está en crisis
Usuarios afectados por la ausencia de oficinas y la demora en trámites funerarios.
La comunidad de Pascuales, en el norte de Guayaquil, ha alzado su voz ante las crecientes dificultades que enfrentan en el cementerio local. Los usuarios denuncian serios obstáculos en los trámites para sepulturas y construcción de bóvedas, lo que, según ellos, está generando una crisis sanitaria en el sector.
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Desde hace cuatro meses, el cementerio de Pascuales se encuentra sin oficinas administrativas, situación confirmada por los moradores del área. Luis Espinoza, un residente afectado, expresó su frustración:
“No sabemos por qué, pero se llevaron las oficinas, ya no están. Si se te muere alguien o quieres hacer un trámite, debes ir hasta La Atarazana a la oficina rosada, eso queda lejos, como a una hora de aquí, y somos pobres, no tenemos para pagar taxi”.
La ausencia de atención en este camposanto ha complicado los procesos para realizar sepelios y obtener permisos para construir nuevas bóvedas. Xavier Medina, presidente de la parroquia Pascuales, comentó:
“Desde que se llevaron las oficinas de aquí, no aprueban la construcción de bóvedas de emergencia. Es decir, los usuarios titulares que ya han ocupado sus puestos pueden, en caso de emergencia, construir más bóvedas sobre las que les pertenecen, pero eso ya no lo aprueban”.
Ante esta situación, muchos se ven obligados a buscar alternativas en cementerios privados. Vicente Álvarez, otro perjudicado, señaló:
“Esto es un negociado porque, prácticamente, nos obligan a ir a otros cementerios. El costo de una bóveda cuesta 6,100 dólares en otros cementerios, y dan plazos de cuatro años para pagar, cuando antes aquí podíamos construir con solo 200 dólares”.
La problemática se agrava con la inhabilitación de la sala de velaciones. Medina agregó:
“La mayoría vivimos en casas precarias, pobres y pequeñas, y sin la sala de velaciones nos toca estar con el familiar muerto dentro de nuestras casas o en la calle, hasta encontrar dónde enterrarlo. Imagínese con el dolor de la pérdida y estos problemas”.
Estos inconvenientes también han provocado un serio problema sanitario. Álvarez explicó:
“Por aquí pasan los muertos que ya van apestando de tanto que se demoran en aprobar los permisos, y si la persona se murió el viernes, ahí sí es peor, porque no se puede hacer nada hasta el lunes”.
En respuesta a estas denuncias, la entidad encargada de la administración de los cementerios municipales indicó en un comunicado que el traslado de las oficinas a la Casa Rosada se realizó por motivos de seguridad.
También mencionaron que la sala de velaciones permanece cerrada debido a amenazas recibidas por parte de bandas delictivas.
Además, respecto a los permisos para la construcción de nuevas bóvedas, señalaron que no los están otorgando por un problema de sobreocupación y que las solicitudes están siendo redirigidas al cementerio de Casuarina.
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