17 feb 2023 , 06:50

Volcán Cotopaxi: cinco momentos marcan la historia eruptiva del volcán Cotopaxi

El Cotopaxi es considerado como uno de los volcanes más peligrosos del mundo debido a la frecuencia de sus erupciones.

   

La actividad eruptiva del volcán Cotopaxi, el gigante de 5.897 metros de altura, inició hace miles de años.

En 1532, cuando los conquistadores españoles se dirigían a Quito el Volcán Cotopaxi mostró su fuerza y capacidad destructiva amedrentando a los nativos de la zona y facilitando el ingreso de los extranjeros.

Para 1742, doscientos años después, nuevamente el Cotopaxi arrojó ceniza y material volcánico.

El investigador Eduardo Paredes cuenta que hay una creencia de que varios indígenas estaban en el obraje cuando ocurrió la explosión, sin embargo como se encontraban libando no notaron la explosión y murieron alrededor de 60.

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En 1766 los ecuatorianos volvimos a enfrentar la erupción con lahares y una lluvia de ceniza que se extendió hasta Pasto - Colombia. De generación en generación, los abuelos contaron cómo el cielo obscureció.

El tiempo transcurrió y en septiembre de 1853 se reactivó con ceniza y vapor de agua, era el anunció de lo que vendría después. Hay voces que recuerdan lo que pasó. "No salieron ocho días de la casa", cuenta una adulta mayor.

El 26 de junio de 1877 a las 6:30 de la mañana ocurrió la última erupción del Cotopaxi con consecuencias fatales.

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"Más de 300 muertos y 50 casas destruidas solo a orillas de Cutuchi, que se llamaba el barrio Caliente (Latacunga)", dice Paredes.

Imagen de archivo del pasado enero del volcán Cotopaxi, con una fumarola de gas y ceniza, visto desde la ciudad de Quito (Ecuador). EFE/ José Jácome
Imagen de archivo del pasado enero del volcán Cotopaxi, con una fumarola de gas y ceniza, visto desde la ciudad de Quito (Ecuador). EFE/ José Jácome ( )

El volcán Cotopaxi otra vez se despierta

El 14 de agosto de 2015 los ecuatorianos nuevamente ponemos los ojos al Cotopaxi, el volcán retomó su actividad con emisiones ceniza y vapor de agua. Columnas de ceniza de entre 5 y 8 kilómetros de altura sobre la cima del cráter.

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La historia eruptiva es monitoreada paso a paso por los científicos del Instituto Geofísico, aunque la tecnología a avanzado es difícil prever cuándo y cómo será la siguiente manifestación del Cotopaxi, llamado también cuello de luna o masa brillante.

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